La concejala de PSOE-Reinicia de Sant Antoni Cristina Ribas advierte a este diario de que el nuevo gobierno tripartito, de centro derecha, con la presencia de su anterior partido, el PI, que se ha sumado a una coalición bajo las siglas de Proposta per Eivissa (PxE), es «una bomba de relojería». Se refiere a la inestabilidad que puede causar el concejal Joan Torres, su antiguo compañero de partido y de gobierno en el Ayuntamiento, en el nuevo pacto de PP, PxE y Ciudadanos.

Un día después de la constitución de la nueva Corporación, Ribas rompió ayer su silencio a través de las redes sociales mediante un escrito en el que explica, muy resumidamente y sin detalles, su versión de los hechos que provocaron la ruptura del tripartito de centro izquierda el pasado mes de febrero tras abandonar el PI y negarse a renunciar a su acta de edil, así como los últimos acontecimientos.

Ribas asegura que había «callado» hasta ahora «por educación y respeto» al cargo público que ocupaba. Explica que, precisamente, quien la introdujo en el PI hace cuatro años y medio fue Joan Torres. «Gracias a él entré en el partido, pero también gracias a él salí», indica. También puntualiza lo siguiente: «Quiero dejar claro que yo no odio a nadie. Eso es muy perjudicial para la salud, pero hay personas que me han hecho daño, algunas sin conocerme».

La edil de PSOE-Reinicia recuerda que tras la dimisión del candidato del PI en 2015, Juanjo Ferrer, que ocupaba la concejalía de Urbanismo, se vio obligada «por exigencias del partido» a ponerse al frente de este departamento. «Fue como tirarme a los leones, lo que a casi nadie del partido le importó. En ese departamento he tenido, primero, que aprender muchísimo y trabajar y hacer malabarismos para conseguir que se incremente el personal y con ello intentar desatascar el departamento. Puede que no se haya avanzado todo lo deseado, pero algo sí», explica.

El tripartito anterior «se rompió el día que se fue Juanjo Ferrer», en agosto de 2017. Torres entró en el gobierno para sustituirlo. «Mi compañero Juan Costa [el tercer concejal del PI] y yo conseguimos que el partido nos escuchara y se optara por seguir en el gobierno antes de pasar a la oposición como preferían algunos, como Joan Torres», rememora Ribas, confesión que ya hizo a este diario durante la crisis de principios de este año tras su salida del PI.

«Podría contar muchas cosas, pero este es el resumen: desde entonces la oposición la tuvimos dentro del equipo de gobierno. Y, aunque soy una persona fuerte, llegó un día que la gota colmó el vaso y decidí salir del partido para mi salud y tranquilidad. La pena es que mi compañero, Juan Costa, no se atreviera a hacer lo mismo... Y mira ahora [...] se ha quedado fuera».

Ribas sostiene que, con su salida del PI, su antiguo partido «tuvo la excusa perfecta para pasarse a la oposición». «Y culparme a mí y al equipo de gobierno. La campaña la han hecho desde el victimismo y usando el término tránsfuga hasta la saciedad. Y así les ha ido».

Prosigue su relato explicando, tal como ya dijo en su día, que si en enero no dejó su acta de concejala para que se mantuviera el tripartito fue porque «prácticamente no daba tiempo a que entrase un nuevo concejal del PI y, sobre todo, por responsabilidad» y porque el alcalde se lo pidió, ya que, a poco más de tres meses de las elecciones, «difícilmente otro concejal podía hacerse cargo de Urbanismo».

En cambio, «conociendo a PxE», la misma noche electoral del 26-M, Ribas le dijo al candidato socialista en Sant Antoni, Simón Planells, que si exigían su «cabeza» y «si él [Planells] se lo pedía, cosa que no llegó a hacer, dimitiría para posibilitar un nuevo gobierno progresista porque hay que pensar en el pueblo, en el bien común y no el particular».

Finalmente, el PSOE ofreció a PxE la renuncia de Cristina Ribas para tratar de mantener el tripartito, pero ya no fue suficiente.