Vecinos y visitantes del puerto de Ibiza se vieron sorprendidos ayer por un nuevo vertido de aguas fecales en la zona en la que se encuentra la estatua del pescador. Según relató un testigo, el vertido comenzó sobre las once de la mañana, cuando empezó a brotar agua «con un olor nauseabundo» en esa zona y lo llenó todo de excrementos y cucarachas flotando.

Hasta el lugar se desplazaron varias patrullas de la Policía Local de Ibiza y de la Policía Portuaria para comprobar el alcance del vertido. Los agentes portuarios se encargaron de colocar una barrera flotante.

Fuentes de la Autoridad Portuaria de Balears (APB) explicaron que el vertido procedía de una tubería de fecales del municipio situada cerca de la estatua del perscador, aunque ayer por la tarde los hechos se seguían investigando. Al parecer, las aguas fecales dejaron de brotar sobre las cuatro y media de la tarde.

La APB, en coordinación con el Ayuntamiento de Ibiza, puso en marcha el PIM (Plan de Incidencia Marítima) y desplegó una barrera móvil para evitar, dentro de lo posible, que la contaminación se extendiera por el espejo de aguas del puerto.

El tanque de tormentas

El vertido se produjo a sólo dos semanas de la fecha prevista para la entrada en funcionamiento del tanque de tormentas del puerto, cuyas obras han durado todo el invierno y que debería evitar los vertidos en lo sucesivo. De todas formas, ayer no se ha produjo ninguna tormenta que justifique la salida de aguas negras.