La isla de Ibiza está en auténtica alerta ecológica y, consiguientemente, turística. El detallado estudio presentado ayer (en realidad, un conjunto de estudios que ocupan varios cientos de páginas) demuestra que, por primera vez en la historia de Ibiza, hay un 22% de sus playas cuyas aguas han dejado de tener la condición de 'excelente' que ofrece el Govern balear a partir de sus análisis regulares. De las 41 playas que estudia la conselleria de Sanidad anualmente, hasta 2010 todas consiguieron un 'excelente'. Pero han bastado nueve años para asistir a un progresivo y acelerado deterioro de la situación. En 2018 ya solo hay 32 playas con la máxima calificación, pues hay seis que ya se tienen que conformar con una calidad 'buena', dos con una calidad 'suficiente' y una, incluso, con calificación 'insuficiente', concretamente es Caló d'en Serral, en la bahía de Sant Antoni.

Las otras que han perdido la distinción de 'excelente' son Talamanca, Caló des Moro, Cala Martina, Cala Bassa, Platja d'en Bossa y Cala Vedella, esta última solo con una calidad 'suficiente'.

Los autores del estudio no albergan dudas: todo se debe al deficiente funcionamiento de las depuradoras de la isla, especialmente de la de Vila, que en realidad apenas depura, según evidencia el mismo informe, pese a que es la que más volumen de materia fecal trata de toda la isla. «Han puesto un nuevo emisario, lo cual es bueno para Talamanca, pero las aguas escasamente depuradas se siguen lanzando al mar, más lejos, y ahora van a parar a la zona de ses Figueretes», señaló Juan Calvo, uno de los coordinadores de los informes.

Esta situación, junto a la proliferación de yates fondeados indebidamente sobre la posidonia, pone en peligro la costa de Ibiza, señala el estudio. Hasta 800 embarcaciones están fondeadas diariamente en el litoral de la isla de Ibiza en el mes de agosto. Pero la posidonia también está amenazada, según los autores, por los vertidos contaminantes, que aumentan la turbidez de las aguas y perjudican así a esta planta, que también es responsable de mantener la arena de las playas.

Mantener la protección del PTI

Todo está relacionado también con el aumento de la urbanización en la isla de Ibiza, que sigue sin detenerse, según demuestra el satélite Corinne de la Unión Europea encargado de rastrear el aumento de la edificación. Como hecho destacado, sin embargo, el informe constata que se mantiene la superficie protegida de la isla de Ibiza, a través de figuras como LIC, ZEPA, ANEI y otras. Los responsables de estos estudios expresaron su rechazo a cualquier modificación del Plan Territorial Insular (PTI) que suponga una reducción de estos espacios protegidos o un aumento de las posibilidades edificatorias, en vista de la situación actual.

De hecho, la superficie artificial de la isla (construcciones, carreteras, canteras...) ha aumentado nada menos que un 4,81% en tan solo seis años, al pasar de 2.012 a 2.109 hectáreas en dicho periodo de tiempo. La cubierta forestal, en cambio, se redujo en un 1,83%.

En cuanto al número de coches, éste se ha disparado un 17,4% en la isla desde el año 2013 al 2018, un crecimiento muy superior al 13% de Balears y al 10% del promedio nacional. Ya son más de 140.000.

También se analiza el grado de congestión de la red viaria ibicenca, y en los mapas que se incluyen en el estudio se comprueba cómo, en pocos años, ha ido aumentando el número de carreteras saturadas o que han perdido la circulación más o menos sosegada que las caracterizaba hasta entonces.