Los hoteleros pitiusos asisten con «preocupación» a la crisis que atraviesa Thomas Cook, el turoperador más antiguo del mundo (tiene 178 años de historia), cuyo valor en bolsa ha caído un 90% en lo que va de año (62% en el último mes), cuyos títulos se cotizan al precio más bajo desde el año 2012 (Citigroup asegura que valen cero peniques, es decir, nada) y cuya deuda multimillonaria (de más de 1.400 millones de euros) y escasa liquidez hacen temer un desplome inminente.

«Existe una gran incertidumbre entre los empresarios ibicencos sobre qué va a pasar», admite Ana Gordillo, presidenta de la Federación Hotelera pitiusa. Gordillo confía en que, en caso de «caer, algún grupo inversor adquiera el turoperador, de manera que tenga las mínimas consecuencias».

Su peso en las Pitiusas ya no es el mismo de hace dos décadas, pero sigue siendo importante en algunos negocios de estas islas, como en los cuatro alojamientos del expresidente de los hoteleros de las Pitiusas Juanjo Riera. «Estamos muy preocupados por cómo van sus finanzas», señala el empresario, que sigue a diario el curso de su evolución en bolsa. En su caso es para estarlo: Thomas Cook supone el 10% de su facturación de la temporada. «Y eso puede significar un 35% o un 40% del beneficio», advierte. En caso de quiebra, el roto que dejaría en sus cuentas sería considerable.

De ahí que algunas cadenas de estas islas muy expuestas a ese turoperador ultimen un plan B: «Consistiría en el prepago a la entrada de cada cliente», señala un hotelero que pide mantener el anonimato. Es decir, nada de conceder créditos a Thomas Cook, ni de que salde su deuda al acabar la temporada (o más allá): deberá abonar la estancia de cada viajero en el momento en el que le den la llave en recepción.

Dar crédito es «un suicidio»

Dar crédito es «un suicidio»

«Ahora mismo, tener esos créditos con Thomas Cook puede suponer un suicidio, pues no se sabe cuándo ni si van a pagar», indica al respecto Ana Gordillo. En caso de desplome del turoperador, este entraría en concurso de acreedores, de manera que los hoteleros ibicencos tendrían que hacer cola y esperar (mucho tiempo) para recuperar el dinero que se les debe... si lo consiguen, claro.

«Es una situación de mucho riesgo», insiste un empresario pitiuso: «Si no se da crédito a Thomas Cook, es como si ayudáramos a su quiebra; y si se lo damos, nos arriesgamos a no cobrar nunca». Un tercio de los beneficios de algunas empresas se podrían evaporar en caso de impagos.

Alejandro Sancho, director de ventas de Invisa, confía en ese «lo tenemos todo controlado» que Thomas Cook se encargó de difundir en las redes sociales el pasado lunes, tras un fin de semana en el que casi se daba por liquidado al TTOO. Sancho confía en esos 300 millones que, «como colchón financiero» y dada su escasa liquidez, al parecer la banca le ha prestado para aguantar el chaparrón hasta el invierno. «Esto ya lo he vivido tantas veces...», indica el director de ventas. Sancho recuerda que esa mega agencia de viajes ya no es lo que era: «Ahora está todo más repartido». Otras, como Jet2holidays, ya le superan (de largo) en Ibiza. Porque, como comenta la presidenta de los hoteleros ibicencos, los TTOO son actualmente un complemento de la venta directa por Internet. Ya no tienen la sartén por el mango, como antaño.