Tras un trasplante de pulmón el año pasado, Niki Lauda volvió a Ibiza en las pasadas navidades para recuperar fuerzas y musculatura en su isla soñada. Una desafortunada gripe que cogió en esta última estancia en Ibiza le complicó la salud y tuvo que regresar a Viena, donde falleció ayer a la edad de 70 años. Niki, un batallador incansable y un rebelde a su forma, luchó hasta ayer por ganar su última carrera a la vida, pero el delicado estado de sus pulmones no le permitió alcanzar la meta esta vez.

Lauda es recordado en Ibiza por sus amigos y vecinos como una persona amable, cercana, sencilla y presta siempre a atender a todo aquel que se le acercaba para conversar o hacerse una foto, ya que contaba con innumerables fans donde quiera que estuviese. El hombre temperamental, arriesgado, heroico en lo deportivo y gran competidor en todos los niveles mostraba su cara más humana y cercana en el lugar que había elegido para ser feliz.

Aterrizó en Ibiza en 1976, tras el accidente sufrido en su bólido de F1 en el circuito de Nürburgring, para buscar la paz y la tranquilidad necesaria para recuperarse y rehacer su vida y su carrera. Su casa de Santa Eulària, su mujer Marlene Knaus, sus hijos Mathias y Lucas y sus vecinos y amigos fueron el refugio del descampeón del mundo para superar el trágico momento que cambió su vida.

Pese a las visibles secuelas del accidente en su rostro, Niki mantuvo la sonrisa en todo momento y participó en la vida social ibicenca de los 80 y 90 de la mano de la extrovertida Marlene, con su gorra roja de Ferrari o de su compañía aérea. Recuerdo a Niki en algunas de los eventos más importantes de la isla en Pacha, Ku, Naif y otros templos del ocio de esa época dorada y las conversaciones mantenidas en varias entrevistas para Radio Diario y Diario de Ibiza, en las que hablaba de su vida profesional y de la isla con enorme pasión.

Pese a su fama y enorme popularidad, Niki se mantuvo fiel a sus principios y su rebeldía juvenil y se reinventó como piloto de avión privado hasta que fundó su propia compañía aérea Lauda Air, luego Fly Niki, en le que pilotaba sus propios aviones. El éxito de su flota low cost propició su venta al gigante de la aviación chárter Air Berlín y tras la quiebra de esta compañía alemana recuperó su compañía como Laudamotion. Esto da una idea del hombre amante de la acción, emprendedor, visionario, listo para los negocios, trabajador insaciable... y su pasión por la industria del automóvil, a la que se mantuvo ligado como asesor de Ferrari, Jaguar, Maclaren y Mercedes Benz en los últimos años, lo que compaginó con su otra afición: la industria de aviación comercial.

En la heladería de Rosberg

En la heladería de Rosberg

Lauda, además, fue determinante en los fichajes de Schumacher por Ferrari y de Hamilton para el equipo Mercedes Benz de F1 y en le consecución del campeonato del mundo en 2016 por Nico Rosberg, a quien ayudó a convertirse en campeón gracias a la amistad con su padre, el también piloto Keke Rosberg, y su apuesta para que el joven corredor, también amigo y residente de la isla, paladease, como él, las mieles del éxito.

Niki compartía mesa, mantel. y hasta helados con Nico en la heladería que tiene la mujer de este último en la Marina de Ibiza. Hombre exquisito para la gastronomía, le gustaba la cocina isleña y la pasta italiana. Era asiduo de los restaurantes italianos de Marina Botafoc, especialmente de la Trattoria del Mare, dónde acudía con su familia y amigos a menudo en los últimos años cuando visitaba Ibiza.

En 1997 mantuvo varios encuentros con el magnate Bernie Ecclestone, propietario de la F1, con quien 'tramaba' montar un gran proyecto en torno al gran circo de las carreras, la industria de la automoción y la aviación, que no quisieron desvelar.

Se ha ido un gran campeón que hizo historia por sus duelos en los circuitos con James Hunt y Alain Prost, a quien tuvo como compañero de equipo, y nos queda el recuerdo de una persona cercana, algo tímida y reservada en apariencia pero entrañable en el trato, siempre atenta a sus amigos, vecinos, fans y amantes del motor y las carreras.

Hasta siempre Niki... vuela alto.