La Policía Nacional detuvo el pasado jueves a un hombre de 46 años y de origen húngaro por presuntos malos tratos y detención ilegal a Rossanna Venturini, la fallecida en el incendio en el edificio okupado de es Viver. El titular del Juzgado de Instrucción 4, en funciones de guardia, dejó ayer en libertad provisional con cargos al presunto agresor, que convivía con la víctima en el inmueble incendiado el pasado lunes 14 de mayo, según informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB). Además, el juez le retiró el pasaporte y le impuso comparecencias periódicas.

El motivo del arresto es un presunto delito de violencia machista contra Venturini («a quien todavía no se ha podido identificar plenamente, a la espera del resultado de las pruebas de ADN», según recordó la Policía Nacional) y por ahora no se relaciona al presunto agresor con las causas del incendio, ya que el Cuerpo Nacional de Policía sigue con la investigación y no descarta ninguna hipótesis. De hecho, un portavoz de la Jefatura Superior de Balears insistió que aún ni siquiera se puede confirmar si el origen del fuego fue fortuito o intencionado.

En cuanto al arresto, la Policía Nacional informó en una nota de prensa que el detenido y Venturini, de 59 años y que al parecer nació en Eritrea y tenía doble nacionalidad (italiana y etíope), convivían desde hacía más de tres años y que ambos residían en el edificio okupado de es Viver (ubicado en la confluencia de las calles Jacint Aquenza y Cosme Vidal Llàser), donde se declaró el trágico incendio del pasado 14 de mayo. En el transcurso de la investigación para aclarar las causas del incendio, los agentes descubrieron la existencia de un posible delito de violencia machista y detención ilegal por parte del ahora detenido a la mujer de 59 años.

En las entrevistas que la policía judicial de la comisaría de Ibiza realizó en el lugar del suceso algunos okupas mencionaron que en la zona donde apareció el cadáver, la segunda planta del inmueble incendiado, vivía una pareja en la que se daban episodios de malos tratos. Además, los mismos testigos explicaron a la Policía Nacional que el húngaro, cuando salía de casa, colocaba candados para dejar encerrada a la mujer.

Tras tomar declaración a varias personas y después de la inspección ocular realizada por especialistas de la Policía Científica de la Policía Nacional, los agentes, efectivamente, hallaron candados en el lugar y no se descarta que la víctima quedase encerrada el día del incendio y por eso no pudo escapar. Por ello, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) trata de esclarecer por qué ella fue la única persona que quedó atrapada.

La víctima

Además, desde la comisaría de Ibiza también se comprobó que la víctima había sufrido malos tratos por parte del detenido, delito que provocó que se dictase una orden de protección que estuvo en vigor dos años. Posteriormente, la Policía Nacional actuó de oficio.

Venturini trabajaba en el departamento del call center de Palladium Hotel Group, perteneciente al Grupo de Empresas Matutes. Desde la multinacional confirmaron que la única víctima mortal del incendio estaba contratada como fija discontinua en la sección de reservas. «Sus compañeros están consternados», señaló una portavoz de la empresa hotelera ibicenca, que también pidió precaución porque, debido al estado del cuerpo, aún no está confirmado fehacientemente, es decir, a través de las pruebas de ADN, que la fallecida sea Venturini. En realidad hay pocas dudas al respecto, entre otras razones por el lugar en el que apareció el cadáver.

Venturini se fue un tiempo a vivir a un hostal de la zona de Vara de Rey, pero poco después regresó con su pareja. Hace unas tres semanas se fue a vivir al polémico edificio okupado de es Viver. Según pudo averiguar este diario, hubo un día en que la Policía Nacional acudió a la vivienda en la que residía Venturini a causa de los problemas que tenía con su pareja. Era fin de semana y quedaron en que, al lunes siguiente, la mujer acudiría a la comisaría para presentar una denuncia ante la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), algo que finalmente no llegó a hacer. Desde el Consell, por su parte, confirmaron que la maltratada nunca pidió ayuda en la Oficina de la Dona.

En paralelo a este caso y al del origen del incendio, la Policía Nacional investiga si una mafia, al parecer formada por personas de Bulgaria y Rumanía, se dedicaba a alquilar de forma ilegal dependencias del inmueble incendiado. Fuentes conocedoras de la investigación explicaron a este diario que residentes del edificio aseguraron, de forma anónima, que un grupo de hombres les cobraba un alquiler por vivir allí. No es la primera vez que se detectan mafias de este tipo en Ibiza, sobre todo en verano, cuando miles de personas vienen a la isla para trabajar y buscan un lugar donde dormir.