«Rossanna era una persona culta, muy bondadosa, limpia, generosa, educada, una mujer que lo daba todo». Agustina Bosch vivió con Rossanna Venturini durante unos dos años y medio hasta que, finalmente, le tuvo que pedir que se marchara de su casa por los problemas que le causaba su pareja. «[Su pareja] llegó a romper el interfono del edificio, los vecinos se quejaban, y una vez mi hija y su novio se los encontraron en la puerta cuando estaban discutiendo, salieron en su defensa y él les amenazó; eso fue cruzar una línea roja, así que le pedí que se marchara», explicó Bosch. Venturini, una mujer de nacionalidad italiana de unos 40 años de edad -no 59, como se dijo en un principio- y que llevaba unos cuatro trabajando en la isla de forma intermitente, acabó viviendo en el edificio okupado de es Viver. El lunes los bomberos encontraron su cuerpo carbonizado en la zona en la que, al parecer, convivía con su pareja. Fue este hombre quien avisó de la desaparición de la mujer tanto a los equipos de extinción como a los agentes de la Policía Nacional.
Venturini, que al parecer nació en Eritrea y tenía doble nacionalidad -italiana y etíope-, trabajaba en departamento del call center de Palladium Hotel Group, perteneciente al Grupo de Empresas Matutes. Desde la multinacional confirmaron ayer que esta mujer estaba contratada como fija discontinua en la sección de reservas.
«Sus compañeros están consternados», señaló una portavoz de la gran empresa hotelera ibicenca, que también pidió precaución porque, debido al estado del cuerpo, aún no está confirmado fehacientemente, es decir, a través de las pruebas de ADN, que la fallecida sea Venturini. En realidad hay pocas dudas al respecto, entre otras razones por el lugar en el que apareció el cadáver.
En la zona del incendio se ha levantado un pequeño altar en su recuerdo. Entre las muestras de respeto y dolor hay un cartel de sus colegas de Palladium que dice: «Tus compañeros de trabajo te recordaremos siempre, descansa en paz, Rossanna». Allí estaba Agustina Bosch ayer por la mañana, recordando a su amiga, a la que calificó de «una persona con una educación exquisita».
Venturini se fue un tiempo a vivir a un hostal de la zona de Vara de Rey, en Vila, y, poco después, regresó con su pareja. Hace unas tres semanas se fue a vivir al polémico edificio de es Viver.
Sin denuncias
Sin denunciasSegún ha podido averiguar este diario, hubo un día en que la Policía Nacional acudió a la vivienda en la que residía Venturini a causa de los problemas que tenía con su pareja. Era fin de semana y quedaron en que, al lunes siguiente, la mujer acudiría a la comisaría para presentar una denuncia ante la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), algo que finalmente no llegó a hacer. El departamento de Bienestar Social del Consell de Ibiza, por su parte, informó ayer de que Venturini nunca pidió ayuda en la Oficina de la Dona.
Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional de Ibiza investigan ahora cómo falleció la mujer, qué pasó en el interior del edificio para que ella fuera la única persona, de las cerca de 80 que había en el edificio, que no consiguió salir. Todos los detalles de la investigación se mantienen en secreto y por el momento no se ha informado acerca del caso.
Por otra parte, la Policía Nacional confirmó ayer, una vez revisado a fondo todo el edificio, que no hay más víctimas. La única fallecida en la tragedia es Venturini. Además de ella, diez personas resultaron heridas en el incendio, tres de ellas de gravedad. Uno de estos heridos está en la unidad de quemados del hospital La Fe de Valencia y los otros dos en Can Misses.
Desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera informaron ayer por la mañana de que estas dos personas evolucionan bien. Se trata de dos hombres de nacionalidad marroquí que ya han sido extubados y respiran de manera autónoma, por lo que se preveía que salieran de la Unidad de Cuidados Intensivos a lo largo de la tarde de ayer.
