Con valentía y decisión, Daria subió a la camilla dispuesta a que le hicieran una ecografía. Rodeada de sus compañeros de la clase de Les Sargantanes, de 5 años, del colegio Santa Eulària, la pequeña observó con atención todos los órganos que hay en su cuerpo: el corazón, con un movimiento constante; el hígado, que «filtra lo malo»; la pequeña vesícula; los riñones y la vejiga, que se veía bastante grande. «Parece que tiene ganas de hacer pipí», les dijo a los niños Consuelo Corrionero, médico de Familia, que colaboró ayer en la actividad organizada por la médico de Atención Primaria del centro de salud de Santa Eulària Esperanza Méndez. «Y ella no tiene ningún bebé», afirmó Corrionero, a lo que una compañera de Daria respondió rápidamente: «Claro, es que ella es pequeña».

Pero minutos antes de que Daria subiera a la camilla, los niños sí que habían podido ver un bebé. El de Patricia, una mujer embarazada de 27 semanas que ayer acudía a una revisión con su matrona, María Pérez, y que se prestó a colaborar en la actividad. «El bebé lleva seis meses creciendo en su barriga», explicaron Corrionero y Méndez, mientras Patricia aclaraba que no quería saber el sexo hasta que naciera.

«Ohhhh», corearon los niños en el momento en que el ecógrafo les mostró la imagen del bebé. «Nos está mirando. Vamos a despertarlo», les dijo la matrona, mientras les enseñaba la cabeza y el cuerpo, los ojos -«nos está mirando»- el corazón que se movía a toda velocidad -«los bebés tienen el latido más rápido»-, las manos, los huesos y las piernas. «¿Y por qué no sale?», preguntó una niña. «Pues porque aún no está preparado», le dijo Pérez. «Yo pensaba que se lo íbamos a sacar», reflexionó otra pequeña.

Los niños aprendieron que el embarazo dura nueve meses y se mostraron muy seguros al afirmar por dónde salían los bebés: «Por la vulva, por la barriga».

A continuación escucharon su corazón y antes de despedirse de Patricia, la ayudaron a elegir nombre. Si era niño -alguno se atrevió a pronosticar, tras ver la imagen, que lo sería- le propusieron Rafa o Lucas, y si era niña unos cuantos más: Alicia, Laia, Lucía, Marta o Valeria estaban entre las propuestas.

El cuerpo de Álex

El cuerpo de Álex

Antes de realizar las ecografías, Corrionero y Méndez hablaron con los niños sobre el cuerpo humano y los órganos que hay en él con la inestimable ayuda de Álex, un muñeco confeccionado por la segunda y al que uno a uno los pequeños fueron colocando los órganos: el corazón -que «está en el lado izquierdo» y que «no tiene la forma» que se suele pensar-, los pulmones, los riñones, los «tubitos» por donde pasa la orina hasta la vejiga, la tráquea, el hígado y los intestinos. «¿Y el cerebro?», preguntó un niño, al que Corrionero explicó que ese órgano está en la cabeza y que es muy importante: «Nos hace crecer y formarnos como personas».

Mientras Les Sargantanes observaban los órganos del cuerpo humano, la clase de Les Granotes visitaba al dentista y la higienista dental. El primero, David Alba, revisó las bocas una a una y se llevó alguna sorpresa ya que varios de los niños tenían caries. Incluso se topó con un empaste fracturado que había que repetir: «Tienes que decirle a mamá y a papá que te lleven al dentista», comentó Alba a algunos. A su vez, la higienista dental, Ana Delia López, les enseñó a cepillarse los dientes y les puso un vídeo «del doctor muelitas».

Cuando acabaron de realizar sus respectivas actividades -después del almuerzo pasarían por la que no habían hecho-, ambos grupos salieron al exterior del centro de salud a conocer por dentro las ambulancias. Allí, los equipos de médicos, enfermeros y técnicos les enseñaron todos los rincones de los vehículos y el material médico que guardan. Eso sí, antes les hicieron recordar a qué número hay que llamar en caso de emergencia: «112», exclamaron los niños.

«Nuestro objetivo es acercar el mundo sanitario, su centro de salud de referencia, a los niños, para que nos conozcan y pierdan el miedo», explicó Méndez, quien animó a todas las escuelas a participar e incidió en que la Medicina no sólo ha de consistir en curar, sino también «en realizar actividades enfocadas a la comunidad», como la que se organizó ayer.