Periodista especializado en la industria del porno, en la que él mismo empezó colaborando como «escritor fantasma», el joven Ismael López (26 años) explicó ayer su propia experiencia en este mundo, del que ahora sufre amenazas y coacciones, según manifestó a este diario en un descanso de las jornadas sobre prostitución en la sede de la UIB. López, autor de 'Escúpelo', un libro sobre la industria del porno, admite que es necesario intervenir para que los niños dejen de tener la pornografía como referencia de la sexualidad.

Dado que «la industria no va a tomar cartas en el asunto», es necesario que lo hagan padres y profesores «para dar a los jóvenes el criterio de que eso que están viendo no es real, no es la sexualidad que deberían vivir ellos ni la que esas mujeres deberían soportar».

El problema es cada vez más grave, puesto que la edad media de iniciación a la pornografía es ya de sólo once años, y la tendencia sigue bajando.

López habló sobre las relaciones entre el porno y la prostitución. Ambas actividades están vinculadas, según ha podido comprobar en su faceta de investigador y entrevistador de trabajadores del sexo en activo. «Las actrices porno suelen llevar una doble vida. Por una parte, la actividad pornográfica en sí, que es como el escaparate en el que se anuncian, pero luego también ejercen la prostitución, llámense escorts, prostitutas de lujo, etc. Y a veces incluso hay productoras que actúan como intermediarias», comenta.

Sin embargo, afirma que la pornografía (consumida por más de un 90% de hombres adultos y más de un 40% de mujeres) no tiene por qué ser la puerta de entrada al mundo de la prostitución. «Con más de un 90% de hombres consumiendo pornografía, me cuesta aceptar que todos ellos acudan también a la prostitución. ¿Que aprenden un lenguaje sexual abusivo? No me cabe duda, pero no creo que sea una puerta de entrada a la prostitución», señaló. También duda de que el porno «esté detrás de las violaciones», una agresión que atribuye más bien a «un problema mental».

En todo caso, lo que sí se aprecia es una mayor agresividad en la conducta sexual de los hombres jóvenes en su relación tanto con sus parejas como, sobre todo, con prostitutas. «Los jóvenes de 18 años en adelante se vuelven más agresivos y reproducen los estereotipos que ven en las películas. Ven en la prostitución esa fantasía encarnada en la actriz porno», indicó.

Ismael López también abogó por un mayor control de la salud de los actores y actrices porno por parte de las productoras que los contratan. «Una actriz, aparte de sus parejas de rodaje, tiene su propia pareja o incluso varias. Cuando salta una alarma por virus del VIH tal vez no ha sido culpa suya, sino porque la productora no ha hecho las analíticas necesarias ni con el rigor que se debe exigir. La industria debería mejorar muchísimo en este aspecto», comentó.