A pesar de que el Ayuntamiento de Ibiza había limpiado a principios de 2018 el edificio okupado de la calle Jacinto Aquenza, del que extrajo 59 toneladas de residuos, ya el pasado verano los vecinos de la zona habían denunciado que estaba de nuevo igual, con los alrededores llenos de basuras y ratas «como conejos», según expresó uno de forma gráfica a este diario.

En la fotografía que ilustra esta noticia, tomada hace solo un mes, se puede observar que los alrededores de la planta baja están completamente llenos de basuras, escombros y todo tipo de enseres. Hay montones de bolsas de basura, lo que parecen mesas y sillas de terrazas, cuadros de bicicleta, cajas de plástico, cartones...

En los pisos superiores se ve ropa tendida, cerramientos hechos con tablas y planchas de madera y con palés o separaciones con telas.

Familias con niños

Familias con niños

Según explicaron los vecinos el verano pasado, durante la temporada turística el edificio estaba lleno de residentes. Contaban que vivían allí unas 60 personas, sobre todo adultos que habían llegado a Ibiza en busca de trabajo, la mayoría inmigrantes, e incluso algunas familias con niños.

El Ayuntamiento hizo la limpieza de forma subsidiaria, al no atender a sus requerimientos la entonces empresa propietaria, la constructora catalana United Global Test, que lo tenía hipotecado con la Sareb (el llamado banco malo) por algo más de dos millones de euros. La promotora había comenzado la construcción, pero quedó paralizada durante la crisis y se quedó a medias, por lo que pronto se llenó de okupas.

Al parecer, a finales del pasado año un fondo de inversiones con sede en Dublín, Nightwing Issuer Designated Activity Company, inició los trámites para hacerse con la hipoteca, aunque aún no se había traducido en actividad alguna en el inmueble.