La temporada de serpientes ha comenzado. El calor está sacando desde hace unas semanas de sus refugios a los ejemplares que han estado hibernando estos meses en Ibiza y Formentera. A partir de ahora, será más habitual encontrar estos ofidios en las islas, donde entraron con los olivos que se importaron hace años para adornar jardines.

Precisamente ayer apareció un ejemplar de herradura de aproximadamente un metro y sesenta centímetros de longitud en Sant Llonrenç, en la finca de Can Joan den Vildu de Canadella. Su propietario, Joan Ramon Roig, Joan den Vildu, dispone de trampas especiales para la captura de estos animales.

Al encontrarse con la serpiente de herradura, Ramon actuó según dicta el protocolo: llamó a Alejandro Macías, controlador de culebras contratado por la Federación Balear de Caza gracias a un convenio con el Consell. Con gran pericia y una tranquilidad pasmosa, Macías, como se puede comprobar en el vídeo colgado en la web de Es Diari ( diariodeibiza.es) cogió el ejemplar y lo introdujo en una bolsa de plástico. Su destino es Mallorca, concretamente la Universitat de les Illes Balears (UIB), donde son analizados.

El cazador de serpientes

El cazador de serpientes

Alejandro Macías, el cazador de serpientes.

Macías, auxiliar de Veterinaria natural de Sant Carles, empezó la temporada el pasado 1 de abril. Desde entonces vive pegado al teléfono (686 905 930) a la espera de la llamada de algún vecino. Pero quien llame debe haber capturado una, no vale ponerse en contacto con él porque ha visto un ejemplar por el campo: «No puedo dedicarme a buscarlas, voy cuando las han capturado para llevármelas», apunta este experto.

Este es el tercer año en que Macías trabaja en esta iniciativa y la experiencia acumulada no tiene precio. Tiene controladas trampas repartidas por diferentes zonas de la isla, especialmente en el norte, y espera que se encuentren más ofidios porque se han instalado más trampas que otros años.

«El año pasado capturamos muchas y creo que este año será por el estilo o algo mejor», reiteró. De hecho, explicó que donde menos ejemplares se han encontrado es en Sant Josep y Sant Antoni. «Pero no por ello tenemos que dejar de controlar» estos dos municipios, advirtió.

Lo importante, apuntó, es mantener cuidadas las trampas, que recueda que se venden subvencionadas (por apenas 15 euros) en la Cooperativa de Santa Eulària.