En el Cretácico, hace decenas de millones de años, los continentes no habían adquirido aún su configuración actual, los dinosaurios poblaban todavía la Tierra y gran parte de lo que ahora es la isla de Ibiza estaba bajo el mar. Gran parte del suelo que pisamos en la actualidad es terreno que emergió de las aguas. Paisajes que hoy son fotografiados por los turistas o que confieren a la isla su aspecto característico tienen una larguísima historia que ayer fue desvelada por los geólogos de las Pitiusas en el Geolodía de 2019, es decir, la jornada que todos los años invita a la población a conocer el suelo que pisamos. (Ver imágenes de la excursión)

Doscientas personas se congregaron a las diez de la mañana en Cala Salada para iniciar allí el recorrido de este año, el sexto en que se lleva a cabo esta iniciativa de la Sociedad Geológica de España y el Instituto Geológico y Minero de España para conocer este patrimonio natural tan desconocido.

El cuaternario en general, la última era geológica y en la que aún nos encontramos, fue el objeto de estudio de la excursión de ayer. La playa de Cala Salada, por ejemplo, se originó por la erosión causada en el terreno por el torrente que desemboca en este enclave. Los sedimentos fueron quedando a ambos lados, donde se acumularon grandes cantidades de material, que hoy conforman la cala.

Además, los excursionistas pudieron observar ejemplos de animales que vivieron en el cretácico y que hoy perviven fosilizados sobre las rocas cercanas a Cala Saladeta. «Son zonas de margas, es decir, arcillas carbonatadas, ricas en fósiles, con erizos infáunicos, braquiópodos parecidos a los bivalvos o belenites, que son ancestros de los calamares. Es un ejemplo de lo que era un ambiente marino profundo», pero hoy emergido a varios metros de altura. Así lo explicaba el alma mater del Geolodía ibicenco, Sunna Farriol, que junto a Enrique Torres y otros dos geólogos de la isla dividieron a los 200 participantes en varios grupos para explicar con mayor comodidad este paseo a través de los orígenes mismos de nuestro planeta.

No terminó ahí la contemplación de la fauna marina de estas épocas tan remotas, porque un poco más adelante, siguiendo siempre la costa, las rocas de los acantilados conservan los restos petrificados de unos moluscos bivalvos en forma de cono llamados rudistas, por supuesto ya extinguidos y que formaban algo parecido a lo que hoy serían los arrecifes coralinos.

Aunque la isla de entonces no se parecía mucho a la actual, este lugar «ya era un enclave de aguas claras, poco profundas, con mucha fauna y muy diversa», señalaban los geólogos a un público compuesto por personas de todas las edades, pero en general interesados en todo lo relativo al medio ambiente de la isla.El secreto de sa Cova des Vi

La última parada era la Cova de ses Fontanelles o Cova des Vi, conocida por albergar unas pinturas de la edad de Bronce. La importancia de este enclave radica en que es allí donde se solapan dos de las tres unidades geológicas que componen la isla de Ibiza, y que los científicos conocen como la unidad de Aubarca, la de Llentrisca-Rei y la de Ibiza. Son tres unidades tectónicas que se encaraman una sobre la otra, formando fallas en las que la capa más rocosa y dura se monta sobre la más blanda. «En la cova de ses Fontanelles vemos cómo la unidad de Aubarca, que está formada por margas blandas, se encuentra debajo de la unidad de Llentrisca-Rei, que son rocas más duras y se suben encima de las blandas. El techo de la cueva es el plano de la falla», es decir, la frontera entre estas dos zonas tectónicas de la isla.

«Mucha gente de Ibiza sabe apreciar los paisajes que tenemos, pero no siempre sabe cuál es su origen o cómo se han formado», señalaba Sunna Farriol mientras contemplaba el característico puente litoral de sa Foradada, en este mismo tramo costero. Este curioso puente es una formación mucho más reciente, formado por procesos cársticos y la acción del mar, que provocaron el desmoronamiento de parte de este acantilado.

Este recorrido y otros puntos de interés geológico de las Pitiusas y del resto de Balears han quedado recogidos en una completa guía que está a punto de ser colgada en la web de la conselleria balear de Medio Ambiente y en la que ha participado la propia Sunna Farriol.

El Geolodía de este año se prolongó durante toda la mañana, bajo un tiempo soleado y con temperaturas ya veraniegas. El Ayuntamiento de Sant Antoni había entregado a la organización camisetas conmemorativas de esta actividad, que fueron distribuidas gratuitamente entre todos los participantes.