A partir del mañana domingo, día 12, será necesario 'fichar' al iniciar y concluir la jornada laboral, al entrar en vigor el real decreto aprobado por el Gobierno central que fija la obligatoriedad del control del tiempo de trabajo. Y pese a que el plazo para preparar esta medida ha sido de dos meses, una gran parte de las empresas de las islas llegan mal preparadas para hacer frente a esta nueva exigencia, como lo demuestra el que muchas de ellas van a optar en primera instancia por registrar sobre el papel las horas realizadas por sus plantillas, según lamentan sindicatos y asesores, al opinar que es la fórmula más fácil pero la menos adecuada. Según UGT y CCOO, es también el sistema que hace que sea más fácil mantener el fraude en esta materia.

El objetivo de este control obligatorio es registrar el tiempo efectivo de trabajo que cada empleado realiza, para comprobar que no se comete el fraude de obligar a hacer horas extras 'en negro' y facilitar a la Inspección de Trabajo que detecte estos posibles comportamientos irregulares. Pero según apunta José Manuel Raya, abogado de DMS Consulting, puede ser un «arma de doble filo», por cuanto servirá también para poner en evidencia a los asalariados que acuden sistemáticamente al puesto con retraso o que se ausentan del mismo por más tiempo del permitido.

Este nuevo control implica que el trabajador deberá registrar la hora en que comienza a trabajar y aquella en la que acaba su jornada. Los sistemas más adecuados para ello, según Silvia Montejano y José García, representantes de CCOO y de UGT respectivamente, son el reloj digital (donde se registra la entrada y salida usando la huella del empleado o con una tarjeta) y las aplicaciones de móvil, estas últimas especialmente adecuadas para los trabajadores que precisan de movilidad, como pueden ser los comerciales. La peor, según se destaca, es precisamente la que en esta primera etapa más van a utilizar las empresas de Balears, especialmente las pequeñas, como es que el empleado firme sobre un papel las horas realizadas durante ese día o las de entrada y salida, por ser la fórmula que permite al empresario aplicar una mayor presión sobre su plantilla a la hora de exigir posibles falsificaciones sobre el horario que realmente se ha hecho.

El representante de DMS Consulting recuerda además que esos datos deben de guardarse durante cuatro años, por lo que considera que el sistema de papel es imposible de gestionar para empresas de tamaño mediano y grande, y vaticina que a medio plazo todas pasarán a sistemas digitales.

Además, José Manuel Raya opina que el fraude con los excesos de jornada es posible con cualquiera de los sistemas antes señalados, y no oculta que éste ha sido importante durante los últimos años, sin que considere que ello va a cambiar radicalmente con esta vigilancia. El problema, en opinión de este abogado, ha radicado en que las empresas isleñas han puesto en marcha el diseño de sus controles de jornada en el último momento (había dos meses de plazo, pero las consultas se han disparado durante la última semana), lo que ha obligado a muchas a recurrir de momento a la formula más fácil: el registro sobre el papel. Silvia Montejano coincide en que las empresas de Balears han ido «perdidas» durante las últimas semanas a la hora de apostar por un sistema u otro.

Denuncias

Denuncias

José Manuel Raya vaticina también que la puesta en marcha de esos controles va a ir acompañada de un aumento de las denuncias ante los Tribunales y ante la Inspección de Trabajo, aunque sin que este vaya a colapsar ningún Juzgado, ironiza.

Lo que debe de suceder a partir de ahora es que cualquier asalariado que realice horas extras deberá ser adecuadamente compensado, ya sea económicamente o con descansos equivalentes, al igual que para recuperar los días de libranza que se vea obligado a trabajar (por ejemplo, en hostelería la empresa puede pedir que renuncie a uno de los dos días libres semanales a cambio de la citada compensación).

Pero de nuevo hay que insistir en que Raya, Montejano y García coinciden al opinar que los comportamientos irregulares en esta materia no van a desaparecer, aunque puedan ser más fáciles de perseguir.