En los últimos años se ha producido una creciente preocupación por la contaminación por plásticos en las Pitiusas. La reciente ley de residuos de Baleares establece medidas pioneras para reducir el uso de botellas y envases de plásticos. Entre las innovadoras medidas obliga a los establecimientos hosteleros a ofrecer el consumo de agua de grifo y reducir de esta manera el consumo agua embotellada y con ello la generación de residuos plásticos. Esta medida también sería muy necesaria que se promoviera en los hogares. Un abastecimiento prioritario con agua desalada en los núcleos urbanos durante todo el año aseguraría un consumo de agua de grifo de calidad y se reduciría hasta un 50% del residuo actual de envases generado en las Pitiusas.

En UE y España ya se fomenta el consumo de agua del grifo

El pasado año el Parlamento europeo aprobó la revisión de la directiva sobre agua potable para garantizar su acceso de forma segura, asequible y equitativa. Esta revisión fue incentivada por la iniciativa ciudadana Right2Water después de recoger hasta dos millones de firmas para pedir que todos los europeos tengan un acceso a agua potable de calidad. La nueva directiva Europea vela para que todos los ciudadanos de la UE tengan derecho a agua segura y limpia, pero no necesariamente en botellas de plástico de un solo uso. Para ello promueve un control de la calidad del agua mediante normas basadas en los resultados científicos más recientes. Además, promueve el fomento del consumo de agua del grifo en restaurantes así como la instalación de fuentes en ciudades y lugares públicos.

En España, entidades públicas y privadas promueven diversas campañas para fomentar el consumo de agua de grifo. La Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas) desarrolla la campaña ProGrifo para reducir el uso de envases causantes de la generación de residuos plásticos. También, la empresa Aqualia ha desarrollado diversas campañas en el territorio español para promover el consumo de agua de grifo como la campaña 'El agua de grifo de Bilbao: de lo bueno, lo mejor'. En la costa mediterránea española, Acciona puso en macha el pasado año la campaña 'Més aixeta i mensys plàstic' para conseguir que en Jávea se beba más agua del grifo, en este caso con la particularidad que es agua desalada.

Por otro lado, la asociación de consumidores y usuarios (OCU) lanzó el pasado el año la campaña 'Pide Jarra de Agua' para reunir el apoyo de la ciudadanía para solicitar una ley nacional que obligue a bares y restaurantes a ofrecer agua del grifo de manera gratuita. En este sentido, Balears es pionera en España por la reciente aprobación de La Ley de Residuos de les Illes Balears. Por primera vez en España, se obliga a los establecimientos hosteleros a ofrecer siempre la posibilidad de consumo de agua no envasada de grifo siempre que el ayuntamiento o la empresa suministradora del agua garantice que es apta para el consumo humano y que por lo tanto presenta las condiciones sanitarias exigibles.

En las Pitiusas todavía pocos beben agua del grifo

Ante el exceso de residuos plásticos en las Pitiüses, se ha creado el movimiento social Eivissa y Formentera sin Plástico que une entidades públicas y privadas para promover soluciones para reducir la generación de plásticos. Entre las soluciones más necesarias está el consumo de agua de grifo que podría reducir hasta el 50% del residuo de envases de botellas de plástico en las Pitiüses.

Sin embargo estas soluciones todavía no son posibles en la isla de Eivissa porque todavía existen núcleos turísticos y residenciales con agua no apta para consumo humano. Es Cubells, Sant Josep, Roca Llisa, es Canar, y Cala Mestella carecen todavía de agua potable durante todo el año porque se abastecen de pozos salinizados o contaminados, aunque los Ayuntamientos de Sant Josep y Santa Eulària prevén que en breve se puedan abastecer con agua desalada.

También el pasado verano vecinos de Cala Molí, Cala Vedella y Cala Carbó denunciaban la falta de agua apta para consumo humano. Esta situación se debía a que en invierno toda esta área recibe agua de la desaladora de Sant Antoni pero durante la temporada turística se incrementa considerablemente el consumo y la desaladora sólo cubre la demanda de la bahía de Portmany.

En todos los casos mencionados, la carencia de agua potable se debe a unos acuíferos sobreexplotados o salinizados junto a la imposibilidad permanente o temporal de acceder al agua desalada como fuente de abastecimiento segura y de calidad. Sin embargo, destaca el caso de núcleos urbanos como Eivissa y Sant Antoni que se abastecen de agua desalada durante todo el año con una elevada calidad y sabor pero cuyos ciudadanos no optan por consumir agua de grifo. La causa principal es la memoria colectiva de una deficiente calidad de agua de grifo que genera una desconfianza a su consumo.

También, la mezcla de agua desalada y de pozo en los periodos estivales de mayor demanda genera una reducción de calidad y sabor que provoca que influye en no optar por el agua de grifo. En la isla de Formentera los núcleos urbanos se abastecen únicamente de agua desalada durante todo el año y por tanto está garantizada la calidad y sabor del agua de grifo.

El agua desalada es indispensable para reducir el residuo plástico en las Pitiusas

Es fundamental fomentar el consumo de agua de grifo en las Pitiüses para reducir la elevada generación de botellas de plásticos. Para ello, es necesario en primer lugar garantizar un agua potable de calidad y sabor en todos los núcleos urbanos de las islas. Esta garantía únicamente se puede producir con un consumo urbano con agua desalada de manera prioritaria. Las cuatro desaladoras de las Pitiüses están diseñadas para mineralizar el agua desalada obtenida y son aptas para consumo humano con un adecuado sabor, dado que la proporción de minerales está controlada.

En Formentera, destaca la iniciativa que está llevando el Consell de Formentera de instalación de fuentes públicas en centros escolares para reducir el consumo de agua embotellada. En Eivissa es necesario que las autoridades competentes finalicen la conexión de las desaladoras con todos los núcleos urbanos. Las tres desaladoras tienen capacidad para abastecer a la isla durante todo el año salvo puntuales demandas estivales elevadas. Sin embargo, el principal reto será cambiar la percepción de los isleños sobre la calidad del agua y conseguir que se beba más agua de grifo.