25 años. El 25 de abril de 1994 fallecía Vicent Calbet Riera, uno de los pintores ibicencos más reconocidos internacionalmente. De hecho, murió en Fukoaka (Japón), donde a sus 56 años iba a presentar una exposición de su obra nueva.

Justo aquel día, el PP pitiuso reelegía como presidente a Mariano Matutes en su V Congreso insular, que se caracterizó por su renovación y su claro desplazamiento ideológico hacia el centro, hasta el punto de que incluía referencias ecologistas, culturales y de normalización lingüística, algo que, hasta entonces, capitalizaba la izquierda. Entre las nuevas caras de la dirección se encontraban María Luisa Cava de Llano, el senador José Juan Cardona y el alcalde de Vila Enrique Fajarnés.

Causó estupor el anuncio de la dirección general de Costas de utilizar los bancos de arena del litoral pitiuso para regenerar las playas de la Península. Los partidos, los ecologistas y las cofradías de pescadores pusieron el grito en el cielo.

50 años. De Creta a Ibiza. Es Diari publicó el 26 de abril de 1969 una entrevista con Walter Babington Thomas, de veraneo en la isla. Alojado en el hotel Neptuno de Sant Antoni, Thomas era un major general del Ejército británico. Nacido en Nueva Zelanda, durante la Segunda Guerra Mundial fue herido y apresado por los alemanes en Creta, de donde escapó, luego fue acogido por unos monjes ortodoxos, y más tarde logró llegar hasta Siria. Sandy, como se apodaba, plasmó aquella hazaña en el libro 'Dare to be free', del que a finales de los 60 se habían vendido ya más de un millón de ejemplares. Era «un tratado de fugas», según confesó Thomas al redactor del periódico que le entrevistó. Con 24 años, Sandy se convirtió en el comandante de batallón más joven de aquel conflicto.

75 años. Un día del libro peculiar. El 24 de abril (no el 23) de 1944 se celebró un día del libro muy peculiar. El

instituto de Enseñanza Media celebraba una misa en Santo Domingo «por el alma de Cervantes y en sufragio de los escritores de la España Nacional sacrificados en la guerra de liberación». En el templo no faltaban las autoridades militares, eclesiásticas, municipales, judiciales y, cómo no, de la Falange.

Luego, todos se trasladaban a la Caja de Pensiones, en cuyo salón de actos «bajo artístico dosel rojo y gualda figuraba el retrato del Caudillo y un hermoso crucifijo de talla». Como cada año, se leía la estadística de la biblioteca y la profesora de Literatura del instituto, María de la Estrella Juan, disertaba sobre el siglo de Oro de las letras españolas.

Ángel Pereyra, comandante de Infantería, repartió las cartillas de la Caja con una imposición de 10 pesetas que, como cada año, recibían los lectores infantiles más asiduos y de mejor comportamiento.

100 años. El transformista Gran Aretino actúa en Ibiza. Tercera semana de abril de 1919. El Pabellón Serra acoge las actuaciones de la «canzonetista» Lolita Navarro y de El Gran Aretino, «el hombre que, trabajando solo, presenta una compañía de varietés». Aretino era un «innovador del transformismo», según se presentaba artísticamente. Lleno en el Serra para ver un espectáculo que era normal en esa época pero difícil de imaginar 20 años más tarde, tras la Guerra Civil, con la involución. El Gran Aretino actuó por toda España durante años.

La libertad de la que gozaba la prensa de 1919 era incomparablemente superior a la que habría dos décadas más tarde (y durante cuatro décadas más). El 22 de abril se informaba de un asunto que años más tarde, aunque fuera habitual, se silenciaba: por disposición del alcalde, la jornada anterior habían ingresado en la cárcel «dos mujeres de vida airada por haber promovido fuerte escándalo en la vía pública y por haber admitido en sus respectivos domicilios a menores de edad», una costumbre muy local.

También era costumbre usar los callejones de las murallas como urinarios: «Gentes desaprensivas convierten aquellas inmediaciones en verdaderos retretes, ocasionando con ello graves molestias a todo aquel ciudadano [sic] y un peligro para la salud pública». Hábito que permanece en el tiempo.

A veces, la prensa ofrecía información que, sin ser relevante, retrataba el momento histórico: «Sabemos que el vapor correo de ayer trajo un 'Sidecar' (bicicleta-coche) con destino a nuestros amigos Don Bernardo Tur y Don Ángel Serra». Seguro que aquel sidecar fue todo un acontecimiento en Vila, un hito.