«[...] No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén», se escuchaba a coro al final de cada una de las tradicionales 14 etapas del vía crucis viviente de Santa Eulària. Como cada año, aunque con menos público debido a la constante lluvia, más de un centenar de personas, residentes y turistas, quisieron acompañar a los actores que encarnan al mismísimo Jesús, la Virgen María, Judas o Poncio Pilatos, -entre otros- a través del recorrido que simula el camino que emprendió Jesús, del Pretorio hasta el monte Calvario, donde fue crucificado.

Actores, junto a la Agrupación Musical Cristo de la Agonía, Vicente Ribas Prats, párroco de Santa Eulària, y numerosos vecinos del municipio aguardaban a las 10 de la mañana en la plaza del Ayuntamiento a que comenzase el recorrido o, como se temía a causa del mal tiempo, se anulara. Pero nada pudo con la fe y la devoción de los allí presentes que, a pesar de la incómoda lluvia, comenzaron el recorrido aunque este año -y por vez primera en los 20 años de historia de este vía crucis- la banda no pudo acompañar la representación por miedo a que el agua estropeara los instrumentos. Sin embargo, los integrantes de la agrupación no quisieron perder la oportunidad de realizar su ofrenda musical y, bajo el porche del Ayuntamiento, tambores, cornetas, trompetas y platillos resonaron al unísono. La representación recorrió las calles del pueblo hasta llegar al Puig de Missa, donde un experimentado Jesús Ángel Ramos interpretó de nuevo (en su decimotercer año) el sufrimiento de Jesucristo y su posterior resurrección.

Emoción, devoción y fe acompañaron a los actores en cada uno de sus pasos en el recorrido más solemne de todos los realizados, ya que la ausencia de la banda permitió que un respetuoso silencio se apoderase del vía crucis a excepción de los momentos de canto, donde, entre todas las voces, la voz de Catalina Torres, del Coro de la Iglesia de Santa Eulària, resonaba por encima del murmullo cargada de emoción y ternura.