El informe 'Perspectivas del medio ambiente mundial (GEO-6)' del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente refleja que el Banco Mundial cifró en 4,5 billones de euros las pérdidas anuales ocasionadas por las muertes prematuras relacionadas con la polución del aire, es decir, cuatro veces el total del PIB de España (1,2 billones de euros en 2018).

Los óxidos de nitrógeno, los óxidos de azufre y el material particulado son algunos de los principales contaminantes atmosféricos, mayoritariamente generados por la quema de combustibles fósiles. Estas sustancias son precursoras de la formación de partículas muy pequeñas, conocidas como PM2.5, también denominadas partículas finas, especialmente peligrosas para la salud, por su gran capacidad de penetración en las vías respiratorias. El citado informe de la ONU resalta que el 95% de la población mundial reside (datos de 2016) en zonas con unos niveles de exposición a las partículas finas por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

Por otro lado, un estudio publicado este mes de marzo por un equipo internacional de investigadores en la revista científica European Heart Journal ha estimado que cerca de nueve millones de muertes en todo el mundo están relacionadas con la contaminación del aire, de las cuales 790.000 ocurrirían en el continente europeo (ver gráfico) y, de esas, 659.000 en la Unión Europea (UE-28).

Según este estudio, la tasa de mortalidad per cápita es relativamente alta en Europa, debido a la combinación de una mala calidad del aire y una población densa, lo que da lugar a una exposición que se encuentra entre las más altas del mundo. Así pues, de acuerdo a los datos del estudio, la contaminación del aire causa más de 1.800 muertes prematuras en promedio cada día en la Unión Europea. En suma, una gran mayoría de ciudadanos europeos estamos expuestos a sufrir este tipo de eventualidades, especialmente si vivimos en áreas densamente pobladas.

El tráfico marítimo es el responsable de una parte significativa de la contaminación del aire. En base a diversos estudios científicos, la Comisión Europea estima que las emisiones de los barcos causan anualmente en la Unión Europea 50.000 muertes prematuras y 60.000 millones de euros en costes sanitarios.

Para hacer frente a este grave problema, los estados costeros del norte de Europa acordaron designar las Áreas de Control de Emisiones (ECA) del Mar del Norte, el Mar Báltico y el Canal de la Mancha para emisiones de azufre (SECA) y de nitrógeno (NECA), que requiere que los operadores de barcos utilicen, en lugar de fueloil pesado, combustibles más limpios, con bajo contenido de estos contaminantes atmosféricos. Esta decisión produjo allí mejoras inmediatas en la calidad del aire de hasta un 60% de reducción de contaminantes a partir de 2015 y beneficios socioeconómicos derivados por valor de miles de millones de euros.

40% por las embarcaciones

En las ciudades costeras del mar Mediterráneo, donde viven alrededor de 325 millones de personas, el tráfico marítimo representa hasta un 40% de la contaminación atmosférica. Por este motivo, tomando nota de la positiva experiencia de la ECA del norte de Europa, diversas entidades, como Alianza Mar Blava, Ecologistas en Acción y Transport and Environment, junto con otras organizaciones europeas, están trabajando en favor de la declaración de un ECA en el mar Mediterráneo. El Ayuntamiento de Ibiza, a instancias de Mar Blava, aprobó el pasado 28 de febrero una Declaración Institucional a este respecto.

En ese mismo sentido, el Gobierno francés ha presentado recientemente en la Organización Marítima Internacional un informe sobre la factibilidad y potenciales beneficios socio-económicos del establecimiento de una ECA en el Mediterráneo.