Agentes de la Guardia Civil se incautaron ayer por la mañana de un alijo de cinco kilos de cocaína en el puerto de Palma, que dos hombres de nacionalidad marroquí trataban de introducir oculta en el interior de un doble fondo de un coche. El automóvil, que acababa de desembarcar del ferri procedente de Barcelona, fue interceptado en un control rutinario y uno de los perros adiestrados de la Benemérita marcó la presencia de estupefacientes. Los guardias realizaron un exhaustivo registro y localizaron cinco "ladrillos" de cocaína, de aproximadamente un kilo cada uno, con un valor en el mercado negro de unos 300.000 euros.

La intervención se produjo sobre las siete de la mañana de ayer, poco después de la llegada al puerto de Palma del ferri procedente de Barcelona. Entre los vehículos que desembarcaron había un coche con dos hombres en su interior, que fueron interceptados para someterles a un registro somero, una operación de rutina cada día en el puerto.

Sin embargo, uno de los perros de la Guardia Civil adiestrados para detectar la presencia de drogas "marcó" el vehículo y activó las alarmas. Los agentes no encontraron nada en un registro superficial, pero decidieron apartar el coche y someterlo a un examen más profundo. Finalmente encontraron un doble fondo que contenía cinco paquetes en forma de ladrillo de un kilo cada uno. Los primeros reactivos confirmaron que se trataba de cocaína, al parece de gran pureza, por lo que su valor en el mercado negro podría superar los 300.000 euros.

La Guardia Civil informó al juzgado de la intervención de la droga, mientras que los dos hombres han sido detenidos como presunto autor de un delito contra la salud pública.