«Ellos pueden ser princesitos y ellas, superheroínas». Así de claro lo tiene Paula Gómez de la Bárcena, directora en España de la Fundación Inspiring Girls, que acaba de celebrar en Ibiza, en Sant Antoni, su primera actividad en Balears. Es lo que pensó, lo de las superheroínas y los princesitos, cuando fue a comprar ropa para sus hijos a un supermercado y vio, horrorizada, los mensajes diferentes que lucían las sudaderas de ellas y ellos. Defensora y luchadora por la igualdad real entre hombres y mujeres, es optimista y está convencida de que con esfuerzo de toda la sociedad eso será posible algún día.

¿Cuál es el objetivo de juntar a niñas con profesionales en 'Niñas sin límites, protagonistas del futuro'?

La intención era que las escolares de Ibiza tuvieran un encuentro con mujeres referentes de profesiones distintas. Que salieran de la jornada pensando «si ellas han podido, yo también puedo».

¿Aún hay niñas que creen que no pueden?

Sí. Categóricamente, sí. Aún hay niñas que creen que no pueden porque somos muy dadas a ponernos el límite nosotras mismas. Ya no se trata de que la sociedad no las deje o de que el mundo no las deje, sino que nosotras mismas, por los estereotipos que nos han transmitido o por la falta de referentes, nos ponemos el límite y pensamos que hay cosas que no podemos hacer. Para acabar con esa falta de referentes es por lo que luchamos.

¿Por qué aún pensamos que no podemos?

Creo que los estereotipos, como decía antes, juegan un papel muy importante. Nos ponen una muñeca delante desde pequeñas. Oímos comentarios como que las matemáticas son más de chicos, que se les dan mejor, que nosotras debemos centrarnos más en cuidar. Seguimos pensando en la figura de la mujer cuidadora y las niñas de hoy en día no tienen acceso a mujeres profesionales que han recorrido un camino, que han alcanzado sueños o que están en el proceso de alcanzarlos. Creo que conocerlas y mantener una charla con ellas les abre mucho la mente.

Vemos poco a las que consiguen ciertas metas.

Hay una falta de visibilidad femenina por parte de todos: de los libros de texto, de los medios de comunicación, de nosotras... Nos damos poca importancia, menos de la que tenemos. Me pasa mucho con mis voluntarias. Cuando le pido a una mujer que sea voluntaria de Inspiring Girls normalmente me dice: «¿Y yo qué les voy a contar? Si yo no he hecho nada». A ver... Como tiene que hacer un resumen de lo que ha sido su vida para participar en esto, les pido que me manden una minibiografía suya que sea inspiradora. Que se siente frente a un folio en blanco, piense y escriba. Al final, esas mujeres salen empoderadas de esta experiencia, te dicen, incluso, que no lo han hecho tan mal y que ver las caritas asombradas de las niñas, como si ellas fueran heroínas les ha encantado. Eso es, también, un ejercicio de autoestima para las propias mujeres que participan en las actividades de la fundación.

'Niñas sin límites, protagonistas del futuro'

'Niñas sin límites, protagonistas del futuro'

¿En qué campos les cuesta más encontrar voluntarias?

En campos muy tecnológicos, como la robótica o la inteligencia artificial. Las hay, pero cuesta encontrarlas.

¿Las encuentran?

Por supuesto. Buscamos hasta debajo de las piedras.

¿Tienen niñas que se han convertido en referentes?

En España llevamos sólo dos años, pero tenemos una niña que se ha convertido en referente. Se llama Gabriela Corrales y con diez años es una pequeña ingeniera que ha dejado alucinado a Silicon Valley y ha creado un canal de Youtube en el que la hemos apoyado mucho para animar a las niñas de su edad a ser ingenieras o expertas en robótica.

¿Qué es lo que más sorprende a las niñas?

Como ha cambiado la vida, ver que mujeres de otra generación lo han tenido más difícil y a pesar de eso han derribado obstáculos y han allanado el camino para las que llegan ahora. También la fortaleza. Les sorprende mucho que una mujer sea la única de algo. La única bombera de la isla, por ejemplo. Hay muchas cosas que les sorprenden y muchos estereotipos que se rompen.

¿Qué pasa cuando se rompe un estereotipo?

Pues que se da un paso adelante para llegar a la igualdad real. Porque para eso el paso cero es que ellas crean que se puede. Si no se lo creen no hacemos nada.

¿Es optimista respecto a la igualdad real?

Sí, lo vamos a conseguir, y para ello es muy importante que los hombres se involucren. Están empezando a hacerlo.

¿Qué hace falta para ello, además de que las mujeres salgan del armario?

Cambiar el lenguaje. Nosotras mismas nos sorprendemos usando expresiones que ya decían nuestras madres y abuelas. Hay que educar al profesorado en igualdad, darle recursos sobre cómo se educa en igualdad y que los niños jueguen en igualdad de verdad. Si juegan en igualdad, viven en igualdad. Ahí empieza. Hay que visibilizar a las mujeres y las niñas deben conocer mujeres profesionales de todos los sectores y ser conscientes de todas las posibilidades profesionales que tienen para elegir bien. El amplio abanico con el que cuentan.