Un nuevo vertido llenó ayer por la mañana el puerto de Ibiza de materia fecal, lo que provocó un «intenso e insoportable» olor tanto para los paseantes como para los usuarios de las marinas y de la línea de transporte entre las Pitiusas.

Precisamente, el fuerte hedor pudo ser percibido por decenas de turistas del programa del Imserso que embarcaban hacia Formentera para realizar una visita de unas pocas horas.

Abaqua acudió a la zona pero en un principio no detectó que lo ocurrido se debiera a un fallo en la estación de bombeo cercana, según explicó un portavoz de la conselleria balear de Medio Ambiente. Finalmente, desde el Ayuntamiento informaron de que la empresa concesionaria había detectado la obturación de una tubería en la calle Carlos III de es Pratet por una «acumulación de grasa y, sobre todo, de toallitas y restos sólidos que se vierten a las cañerías».

Los técnicos comprobaron que «un montón de grasa llegaba al bombeo». En principio dedujeron que, probablemente, algún bar o restaurante hubiera vaciado esa grasa al alcantarillado municipal, taponándolo. El tapón se fue diluyendo, de manera que la grasa alcanzó al bombeo a primeras horas de la tarde.

Abaqua mandó un camión para que succionara la grasa en el bombeo y este no diera más problemas.