La Fiscalía pide once años de cárcel al acusado de provocar el 25 de julio de 2016 un incendio en el piso de Sant Antoni donde vivía como inquilino y que afectó a todo el edificio, por lo que 28 personas tuvieron que ser desalojadas. La vista oral para juzgar al acusado por este delito, en prisión preventiva desde entonces, está previsto que arranque hoy, a las 10 horas, en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma y que concluya el miércoles.

Los hechos por los que se juzgará a J.M.S., de 60 años, ocurrieron sobre las 10.40 horas del 25 de julio de 2016 en el piso donde vivía de alquiler en el número 28 de la calle Vara de Rey y que compartía con otra mujer (C.F.M.), quien aseguró que la noche anterior la había amenazado. «Si yo no tengo la casa, tú tampoco la tendrás», le dijo su compañero de piso. El ahora encausado aprovechó que estaba esa mañana solo en la vivienda y, «de manera consciente e intencionada, vertió el contenido de un bote de acetona sobre el colchón de la cama» de su habitación para, «acto seguido, prenderlo con fuego», según describe la Fiscalía en su escrito de acusación. Tras provocar el incendio, J.M.S. abandonó «apresuradamente el edificio (de tres plantas) dejando que las llamas se extendieran por toda la vivienda y siendo plenamente consciente de la alta probabilidad de que a esas horas hubiera vecinos en las restantes viviendas del inmueble, poniendo en riesgo su integridad corporal».

Como consecuencia, «las llamas y humos procedentes de la combustión se propagaron rápidamente, alcanzando a otros pisos de la misma planta y de las restantes». Cuando los moradores vieron el fuego y la humareda tuvieron que abandonar «precipitadamente» el edificio e incluso algunos tuvieron que ser rescatados por los bomberos tras quedar atrapados por las llamas.

Uno de los inquilinos que vivía de alquiler en el edificio afectado, Mohammed Benlarbi, contó el día del incendio a este diario que llevaba doce años viviendo en un piso del mismo inmueble y nunca pensó que algo así pudiera pasarle. «Vi cómo empezaron a subir las llamas mientras estaba en mi casa, entonces abrí la puerta como pude y salí a toda prisa para salvar mi vida; aún no sé bien lo qué sucedió», señaló Benlarbi. Otro afectado, Ousmane Diop, explicó que acudió corriendo a su casa tras recibir una llamada de su esposa, que le llamó en estado de shock cuando escapaba del edificio en llamas. «Habíamos alquilado el piso en abril. Primero trabajaba en la construcción y ahora estoy en un hotel. [Mi esposa] Tamara y yo hemos perdido todo por lo que he trabajado estos años», lamentó el joven con lágrimas en sus ojos.

Mientras el fuego arrasaba el edificio, J.M.S. llamó al 112 y confesó los hechos. Posteriormente, se personó en el retén de la Policía Local de Sant Antoni, pero después se negó a declarar después ante los agentes de la Guardia Civil.

Los habitantes del edificio, por su parte, no pudieron regresar a sus casas por el estado del edificio quemado, por lo que el Ayuntamiento de Sant Antoni habilitó el polideportivo de ses Païsses para atender a una treintena de afectados. De los doce pisos del edificio, tres resultaron totalmente destruidos y siete muy dañados por las llamas, las altas temperaturas alcanzadas y el denso humo, según explicó tras la extinción del fuego el jefe de los bomberos del Consell de Ibiza, Miguel Sevilla.

Dos días después, el 27 de julio de 2016, el autor del incendio pasó a disposición judicial y el titular del Juzgado de Instrucción número 2 dictó prisión preventiva.

Por otra parte, en concepto de responsabilidad civil, la Fiscalía pide que el acusado indemnice con casi 21.000 euros a los afectados por el incendio en el edificio del número 28 de la calle Vara de Rey de Sant Antoni. En concreto, el Consell de Ibiza reclama 4.258 euros por los gastos y labores de extinción; la compañera e inquilina del piso donde vivía J.M.S., 6.753 euros y la propietaria de la vivienda, un total de 4.520 euros.