El principal sospechoso de la desaparición de Nuria Ester Escalante ha aceptado llevar a cabo, el próximo jueves, una reconstrucción de las últimas horas que pasó con ella la tarde del pasado 30 de octubre, el día que se pierde su rastro, algo a lo que se había negado el pasado mes de diciembre porque, según explicó su abogada, Blanca Barrantes, entonces no comprendió bien qué es lo que se le pedía. El juez del caso, Santiago Pinsach, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Ibiza, ha organizado la reconstrucción de lo ocurrido para las diez de la mañana del próximo jueves.

El principal sospechoso, S.W., un hombre de nacionalidad polaca que habla español con dificultad, reconoce que pasó varias horas con Escalante el día que desapareció. De hecho, algunas cámaras de la avenida Doctor Fleming de Sant Antoni recogen a S.W. y Escalante paseando juntos. En el último vídeo se les ve entrar a los dos por uno de los laterales del hotel s'Arenal, cerca del Burger King de esta avenida. Tiempo después por la calle por la entraron los dos sólo sale él, según las imágenes conseguidas por la Guardia Civil y que se aportan al sumario del caso.

Según explicó ayer la abogada de la defensa, S.W. asegura que Escalante le dijo que iba al baño, al parecer a unos servicios que hay cerca de un estacionamiento de la zona, y que nunca regresó. La letrada ha presentado en el juzgado un escrito en el que reclama la libertad provisional de su defendido, ya que considera que no hay pruebas de cargo contra él. Por su parte, el abogado contratado por la familia de Escalante, José María Costa, dijo que va a recurrir la solicitud de libertad. Falta por pronunciarse la Fiscalía, que tendrá que presentar al juez su postura acerca de la petición de libertad provisional del investigado.

S.W. reconoce que después de separarse de Escalante realizó varios viajes con un carrito de supermercado con el que, según su versión, transportaba un motor de barco robado, motor que, según sus explicaciones, la Guardia Civil no encontró porque, a su vez, también se lo robaron a él. Los investigadores han aportado al sumario imágenes en las que, presuntamente, se ve al polaco con el carrito bien cargado. Según su abogada, en el carrito se llegan a ver las hélices del motor (doblemente) robado al que alude su defendido. Los investigadores, por su parte, han enviado una parte del vídeo del carrito a los laboratorios de criminalística de la Guardia Civil en Madrid para intentar aclarar si lo que se ve en las imágenes podrían ser los pies o el calzado de una persona.

Dos hombres con dos carritos

Aunque S.W. admite que trasladó un motor robado de barco con el trolli, también dice que algunas de las imágenes del carrito que la Guardia Civil ha incluido en el sumario no sale él sino otro hombre que, según su declaración, también se dedicaba al robo de piezas de barco, una actividad que, al parecer, se practica con frecuencia en Sant Antoni. Según S.W., la persona que aparece en algunos de los vídeos del día de la desaparición de Escalante empujando un carrito tan cargado que, de vez en cuando, le obliga a levantarlo para poder redireccionar las ruedas, es un hombre de Escocia que fue repatriado al Reino Unido por una reclamación judicial.

El pasado mes de noviembre la policía judicial de la Guardia Civil, que considera que Escalante desapareció de forma no voluntaria y que fue víctima de algún tipo de violencia, arrestó a cinco hombres por su presunta relación con el caso. Todos ellos son okupas que viven en Sant Antoni y que, al parecer, conocieron a Escalante, que compartió con alguno de ellos varias noches en una infravivienda situada en un descampado situado frente a la rotonda del Lidl. Allí se encontró el equipaje de la mujer y restos de sangre que, finalmente, se ha comprobado que no pertenecen a Escalante.

Uno de los cinco detenidos quedó en libertad con cargos al poco de ser detenido. Una vez que se levantó el secreto del sumario, a mediados del mes pasado, tres más salieron de prisión después de que su abogada, Marta Matarredona, pidiera su libertad con el argumento de que no hay pruebas para mantenerlos en prisión preventiva. El juez les impuso la obligación de firmar cada lunes en el juzgado de guardia.

Nuria Ester Escalante, alicantina de 52 años, viajó a Ibiza para buscar trabajo, según explicó uno de sus hijos, Aarón Berenguer, que denunció la desaparición de su madre el 31 de octubre, cuando dejó de responder al teléfono.