Cáritas Diocesana de Ibiza empadronó en 2018 a un total de 135 personas (81 más que en el año anterior) en su centro de día, entre los que se encuentran sin techo e inquilinos a los que no les permiten facilitar el domicilio de su vivienda porque los propietarios no declaran el alquiler. En lo que va de año, hasta el 24 de enero seis usuarios proporcionaron al Ayuntamiento de Vila el domicilio de este servicio de la entidad, ubicado en el primer piso de la calle Carlos III.

La trabajadora social de esta ONG de la Iglesia, Maite Barchín, explica que desde julio de 2016 empadronan a usuarios en su centro de día «por el grave problema de la vivienda en Ibiza». Una resolución estatal del 16 de marzo de 2015 hace referencia a las personas sin domicilio y sostiene que «de la misma manera que la inscripción padronal es completamente independiente de las controversias jurídico-privadas sobre la titularidad de la vivienda, lo es también de las circunstancias físicas, higiénico-sanitarias o de otra índole que afecten al domicilio».

«El empadronamiento es una obligación de los ciudadanos, por lo que los ayuntamientos deben inscribir en su padrón a todos los vecinos», recuerda Barchín, que agrega que es un trámite imprescindible para acceder a recursos tan básicos como la atención sanitaria, escolarizar a menores, obtener o renovar documentos y/o solicitar ayudas sociales.

A continuación, establece que, «en consecuencia, las infraviviendas (chabolas, caravanas, cuevas, etcétera e incluso ausencia total de techo) pueden y deben figurar como domicilios válidos en el padrón». «La ley es muy clara al respecto y hay un apartado específico para los casos de personas sin domicilio, por lo que si alguien duerme de forma habitual en una tienda de campaña instalada, por ejemplo, debajo de un puente, se registra esa localización», apunta Barchín.

Extranjeros

ExtranjerosLos extranjeros, por su parte, deben estar empadronados para tramitar permisos de residencia y trabajo y la nacionalidad, así como canjear el permiso de conducir si existe convenio con el país de procedencia del afectado.

Entre los usuarios a los que Cáritas de Ibiza permite dar el domicilio de su centro de día destacan aquellos que alquilan una vivienda o una habitación, pero los propietarios no les dejan dar esa dirección al ayuntamiento para darse de alta en el padrón. «Tenemos a una familia con hijos que vive en la habitación de un piso cuyo propietario no declaraba el alquiler a Hacienda y no quería tener a nadie empadronado », critica esta profesional.

Otros casos que recuerda la trabajadora social de Cáritas son el de una embarazada que carecía de tarjeta sanitaria porque no se había podido empadronar y pudieron inscribirla de urgencia, el de un hombre que tenía una infección en la boca y no podía ir al dentista por el mismo motivo, y el de un trabajador que no podía comprar un coche porque en el permiso de circulación debe incluir una dirección.