Los magistrados de la sección segunda de la Audiencia Provincial decretaron ayer la búsqueda, captura y encarcelamiento provisional de un hombre que está acusado de la presunta comisión de un delito de apropiación indebida y que ayer no se presentó al juicio. El representante de la Fiscalía de Ibiza pidió que los jueces decretaran la búsqueda y captura del acusado, a quien, pese a que acudió a la vista oral, se le juzgó en ausencia.

Según se explica en el escrito de la acusación pública, entre enero de 2015 y mayo de 2016, el sospechoso convivió en la isla con un hombre que se encontraba enfermo. Haciéndole compañía, el acusado «logró ganarse su confianza, gracias a lo cual consiguió que, en fecha 3 de mayo de 2016, [el hombre enfermo] otorgara [al acusado] en la ciudad de Ibiza un poder notarial que, en virtud del cual, le permitía, entre otros extremos, realizar operaciones bancarias» con su dinero.

El Ministerio Público señala que, el 11 de mayo de 2016, el acusado se aprovechó de que su compañero de piso se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Can Misses, ya que estaba en coma inducido, para realizar una transferencia a su favor por un importe de 19.500 euros. La transferencia, señala el escrito de la acusación pública, la hizo desde una cuenta de su compañero -que en ese momento estaba en la UCI- con la intención de apropiarse del dinero, que según la Fiscalía de Ibiza, nunca quiso devolver.

Penas de prisión

Por estos hechos, el Ministerio Público atribuye al acusado la presunta comisión de un delito de apropiación indebida por el que reclama una pena de tres años y medio de prisión y una multa de dies meses a diez euros diarios, es decir, 3.000 euros. También se le reclama una indemnización de 19.500 euros. El acusado ya estuvo en prisión preventiva por estos hechos entre el 17 de mayo y el 7 de septiembre de 2016.

Sin embargo, la acusación particular, ejercida por la presunta víctima de la apropiación indebida, va mucho más allá y acusa al sospechoso de más delitos. Por transferirse el dinero mientras su compañero estaba en coma, reclama seis años de prisión, y por el delito de coacciones, tres años más. Además, según la víctima, el acusado le envenenó, por lo que también le imputa la presunta comisión de un delito de homicidio en grado de tentativa, por el que reclama ocho años de prisión. En total, la acusación particular pide 17 años de cárcel para el acusado.

En declaraciones a IB3, el abogado de la víctima, Lorenzo Peñas, llegó a decir: «El acusado decía que los médicos [que atendían a la víctima] estaban matando a mi cliente, porque él es sanador, considera que tiene facultades divinas o pseudodivinas, y no está de acuerdo con los tratamientos tradicionales (...) Hay un momento en el que desde los monitores de la UCI ven cómo está intentando quitarle el tubo del oxígeno, acuden los médicos y le advierten de que puede producirse un episodio de hidroxia y que puede acabar en muerte».

El juicio estaba programado para ayer en Ibiza. Los magistrados no pudieron tomar declaración al acusado, pero sí escucharon a la víctima, que declaró a través de videoconferencia. Dijo que conoció al acusado y decidió ayudarle porque no tenía dónde vivir. «No trabajaba, vivía a mi costa», manifestó. Según explicó, en el piso de Ibiza que compartían -y que según la acusación sólo pagaba la víctima- «comenzó a hacer trastadas». Dijo que metió a vivir en el piso a una mujer con tres niños y que tuvo que denunciar la situación ante la arrendataria de la vivienda. La víctima también dijo que el acusado le ponía veneno en la comida. La hermana de la víctima también declaró a través de videoconferencia. Dijo que cuando su hermano vivía con el acusado temía por su integridad física y por el dinero.