El intrusismo, la oferta de ocio nocturno y el polémico horario de las terrazas del West End de Sant Antoni, la repercusión del turismo de cruceros en Vila, la falta de una escuela de hostelería, que, según el presidente de la Petita i Mitjana Empresa d'Ibiza i Formentera, Alfonso Rojo, es «una barbaridad» que la isla no cuente con una desde hace años y, cómo no, «el grave problema» de la vivienda que afecta a la contratación de personal en general y, además, cualificado.

Estas son algunas de las cuestiones 'calientes' que se pusieron anoche sobre la mesa durante un coloquio, promovido por el Consell y organizado por el Club Diario de Ibiza , bajo el título Presente y futuro de Ibiza, que formaba parte de los actos de conmemoración del 125 aniversario del decano de la prensa matutina balear. No faltó el debate sobre el impuesto turístico, con sus defensores y detractores.

Moderado por el periodista Josep Àngel Costa, en el coloquio intervinieron el citado Alfonso Rojo, la presidenta de la Federación Hotelera de las Pitiusas, Ana Gordillo; el máximo representante del sector de Restauración de la Pimeef, Joan Riera; el historiador Antoni Ferrer Abárzuza, y el director insular de Turismo, Vicent Torres, BenetPreviamente, la vicepresidenta segunda del Consell, Marta Díaz, presentó el acto y destacó la necesidad de que la isla «apueste por un modelo de turismo respetuoso con el Medio Ambiente y el Patrimonio» y busque «alternativas» al turismo de ocio nocturno y de sol y playa con una oferta deportiva o de salud y bienestar, por ejemplo, sin olvidar la industria de la moda Ad-lib y el sector agrario.

Críticas al intrusismo

Los dos representantes de la Pimeef se mostraron muy críticos con el intrusismo, que afecta negativamente a la calidad de la oferta de la isla. Joan Riera justificó que en Ibiza haya precios altos siempre y cuando se ofrezca «un producto de Primera División», pero lamentó que «se da demasiado gato por liebre». «Hay que ser más honrados», dijo, en referencia, fundamentalmente, «a la gente que viene de fuera para llenarse la barriga en tres meses» ejerciendo una competencia desleal. «Se dan demasiadas facilidades a esta gente que no se siente identificada con Ibiza», advirtió. «El intrusismo es una realidad en todos los niveles... Luego nos quedamos los cuatro de aquí con cara de tontos [tras la temporada]», añadió.

Rojo recogió el testigo y recordó que el turismo en Ibiza genera un dinero que «sale de la isla a espuertas». «Hay que ser egoístas y cerrar el grifo, que no se vaya por ese desagüe», dijo, en defensa de que «el beneficio» de la industria del ocio se lo lleven los empresarios de Ibiza, y no «gente de fuera que no se preocupa por lo que pasa ahora [en invierno] aquí».

Así, el presidente de la Pimeef manifestó que el futuro de la isla lo deben «crear los ibicencos, empezando por los políticos». «A la Administración no le pido dinero, sino que sea coherente, ponga unas normas claras y no las cambie cada cuatro años. Que me deje trabajar y quite la competencia [desleal] que hace las cosas mal».

El problema de la vivienda que afecta a Ibiza gravitó durante el debate en varias ocasiones. La presidenta de los hoteleros se refirió a ello para explicar las dificultades («una odisea», dijo) que tienen los empresarios para contratar personal cualificado. Pero no sólo lamentó la parte que afecta directamente a la patronal, sino que se refirió también a los problemas que tienen los jóvenes de la isla a la hora de querer «emanciparse». Valoró «la voluntad» del Consell para tratar de poner remedio a la carestía y el alto precio de la vivienda, pero echó en falta «más contundencia».

No faltó autocrítica hacia los ibicencos que, para hacer negocio, alquilan sus casas en el campo, y en las que se montan fiestas ilegales que causan muchas molestias y una competencia desleal. «Va a haberlas mientras el propietario quiera. Si es un ibicenco habrá que sacarle los colores, pero si es de un grupo inversor suizo... La clave es poder gestionar todo esto». Por su parte, el director insular de Turismo también recordó que la ley prohíbe el alquiler turístico de pisos, «pero se hace igualmente». «Este es el problema: que no todos remamos en la misma dirección», lamentó.

Oferta de ocio nocturno

La importancia de la oferta de las discotecas, aunque según Vicent Torres ya «no hay tanta dependencia», centró buena parte del debate. Riera dijo que hay que «cortar» la oferta ilegal: «Si no bastan las magníficas discotecas que tenemos, apaga y vámonos».

En este punto, Rojo dijo que no había que ser «políticamente correctos ni hipócritas» y que, aunque a él personalmente no le gusta la oferta actual de los beach club («es indefendible que en un local de playa con la música a tope haya 2.000 personas», advirtió) , «no se puede decir no a todo». «No todo es malo», señaló y recordó que es inevitable que el turismo genere «incomodidades». «No quiero ver turistas borrachos tirados por la calle a las cinco de la mañana en Sant Antoni ni ver cómo se vende el gas de la risa. Pero una cosa es eso y otra es que a las tres de la madrugada pueda haber bares abiertos, como ha pasado toda la vida, que generen ruido. Seguro que los establecimientos incumplen alguna normativa, pues hay que hacer que se cumplan», subrayó.

Gordillo criticó, por su parte, la decisión de Sant Antoni de avanzar el horario de cierre de los bares del West End, lo que causa, lamentó, que los turistas «sigan la fiesta en la calle». «Y esto es lo que molesta a los residentes. Este es un problema grave», dijo, al tiempo que puntualizó que «la solución es de orden público», ya que, recordó, en invierno también hace ruido «la gente que está de fiesta a las tres de la madrugada en la calle». Peor aún, según su criterio, es que las terrazas, de una zona turística, tengan que cerrar a la una de la madrugada. «Es una locura... No se pueden hacer las cosas al tun tun, al igual que la ecotasa», subrayó, lo que arrancó los aplausos de un sector del público.

A vueltas con la ecotasa

Ferrer Abárzuza respondió que los turistas buscan unos atractivos paisajísticos y patrimoniales, cuyo «mantenimiento tiene un coste» y que se tiene que «mejorar, ya sea con la ecotasa, con los presupuestos generales del Estado o el REB». «Y ahora no recibimos esas inversiones. Se ha de mejorar mucho en este sentido», subrayó.

En la misma línea se manifestó Joan Riera, quien dijo que «alguien ha de pagar el desgaste que genera la temporada». «Algo hay que hacer», señaló en defensa del impuesto turístico. Ahora bien, el empresario de la restauración se puso, en parte, del lado de los hoteleros al entender que lo más acertado sería que la ecotasa se cobrara en el aeropuerto. «Pero se ha de pagar», insistió.

De cara al futuro, la presidenta de los hoteleros dijo que el futuro es «incierto» por cuestiones como el 'brexit' o la mejora de la competitividad de otros destinos turísticos. «Hay muchas cosas por hacer», dijo. Destacó las inversiones que han acometido los hoteleros para mejorar su oferta, pero advirtió de que esta debe ir «acompañada» por «la mejora» por parte de las instituciones de «las infraestructuras públicas». «Y tener lo que nos merecemos: carreteras y depuradoras como toca», resaltó.