La fiebre del juego y las apuestas (puerta de entrada a la ludopatía) amenaza con seguir propagándose por las Pitiusas, que en tan solo dos años, los que van de 2016 a 2018, han visto cómo se duplicaba el número de salas de juego existentes. De los 19 locales que hay actualmente en la isla de Ibiza (y uno más en Formentera), diez han sido autorizados en los dos últimos años. Tres más están en vías de tramitación en la isla de Ibiza.

Esta situación ha sido posible, en gran parte, porque el Govern balear carece aún de una normativa que imponga límites eficaces a la implantación de nuevos salones de juego. La conselleria de Trabajo y Comercio, de la que depende esta área, confirmó ayer que sí está regulada la creación de nuevos casinos y locales de apuestas deportivas, pero, en cambio, no ha entrado en vigor todavía la normativa específica sobre los salones de juego, que son los locales de apuestas más numerosos y con mayor crecimiento.

Trabajo afirmó que ya ha redactado un decreto para que haya una separación mínima de 100 metros entre uno de estos salones y un centro educativo, y de 250 metros de separación con la sala más próxima. El objetivo es proteger a la juventud del peligro que conlleva este tipo de ocio, sobre el que ya han alertado organizaciones de consumidores y asociaciones de exjugadores.

Sin embargo, ese decreto aún no ha sido aprobado, puesto que «se ha enviado a la Unión Europea para que le dé su visto bueno, pero aún no se ha recibido ninguna contestación», señaló un portavoz de la conselleria que dirige Iago Negueruela.

Usar la normativa municipal

Usar la normativa municipal

Aunque no esté en vigor aún esta normativa, algunos ayuntamientos han hecho uso de su propio planeamiento urbanístico para detener la implantación de algunas salas nuevas. Es el caso de Sant Antoni y de Santa Eulària, que en el último año han rechazado sendos proyectos para ubicar nuevos locales en sus municipios. El procedimiento empleado ha sido aplicar las normas municipales que impiden determinados usos (por ejemplo, los locales de reunión) en determinados espacios urbanos.

Esta fórmula no parece haberse aplicado en el caso del Ayuntamiento de Ibiza, que hace sólo dos años autorizó (junto con el Govern balear) la apertura de un salón de juego exactamente al lado del instituto Santa Maria, en la calle Madrid, a sólo 70 metros de la puerta de acceso de este centro educativo.

El equipo de gobierno, preguntado al respecto, explicó ayer que «se han cumplido los trámites por la parte urbanística y de actividades que depende del Ayuntamiento y también se ha obtenido la autorización autonómica preceptiva para operar como sala de juego». Este local «cumple con los requisitos a que obligan la normativas actualmente en vigor», señaló un portavoz del equipo de gobierno.

Otra sala de Vila se encuentra a unos 150 metros de la entrada del colegio Portal Nou y Sa Real.

Vila habla con sus juristas

Vila habla con sus juristas

En todo caso, el Ayuntamiento de Ibiza observa «con preocupación» el incremento de estos locales, por lo que «está realizando consultas con los servicios jurídicos para determinar de qué forma se podría abordar, dado que es un ámbito en el que el municipio no tiene competencias». Esta preocupación representa un cambio de actitud del equipo de gobierno, que hace sólo diez meses restó importancia al asunto, al considerar que estos salones eran «un negocio como otro», según dijo la concejala de Urbanismo, Elena López.

El segundo municipio con más establecimientos, después de Vila, es Sant Josep. Allí hay cuatro salas, de las que dos han sido autorizadas en los últimos dos años y otras dos son más antiguas. Hay una tercera solicitud en trámite.

En Sant Antoni hay tres autorizadas, de las que dos son recientes y la otra es más antigua. El año pasado se denegó una en Sant Rafel, pero hay otra más solicitada para el casco urbano de Sant Antoni.

En Santa Eulària hay un salón autorizado hace dos años y se ha denegado «alguna petición más» de forma reciente. No existen, según el Ayuntamiento, nuevas solicitudes en la actualidad.