Mide dos metros de altura: «Eso es herencia de mi abuelo, que era polaco». Lloyd Milen, cónsul británico en Balears, Cataluña, Andorra y Aragón, suele recordar el origen de sus familias biológica y política para dejar claro que no siente antipatía por otras nacionalidades: «Mi abuelo era polaco; mi abuela, de Letonia; mi pareja es francés; mi cuñada es belga-flamenca, y mi cuñado es un maorí de Nueva Zelanda. Nuestras Navidades son como las de la ONU», señala con un humor muy british. Tras el referéndum sobre el brexit, parece sentir la necesidad de aclarar que, al menos en su caso, el divorcio del Reino Unido con la Unión Europea no se debe a motivos xenófobos, pese a que él haya nacido en Middlesbrough, donde los euroescépticos arrasaron en el referéndum.

Durante el V Foro de Turismo de Ibiza, usted dijo que del brexit había «que ocuparse, no preocuparse», y lo pintó de color de rosa. Pero Theresa May ya prepara planes de contingencia y acaba de destinar una partida millonaria para desplegar parte del Ejército en el caso de que haya una ruptura sin acuerdo con la Unión Europea. Pues da un poco de miedo.

Estamos trabajando para que el acuerdo que hemos logrado con la Unión Europea sea aprobado por los parlamentos británico y europeo. Es el trabajo de un Gobierno serio que tiene planes de contingencia, como los que tienen en un aeropuerto cuando un avión se estrella. Todas las autoridades tienen sus planes de contingencia: no es porque vaya a pasar, sino para estar preparados por si ocurre. Las cosas que afectan a las personas son, siempre, muy importantes. Queremos estar listos por si acaso no logramos lo que queremos.

Aquí hay muchos residentes de su país. ¿Han preparado planes de contingencia en esta isla por si hay una ruptura brusca?

En Ibiza hay dos asuntos muy importantes en los que estamos trabajando, y que ya lo eran antes de la decisión del brexit. Uno de ellos es que los británicos que viven aquí tengan sus vidas en orden: que estén empadronados, que tengan su residencia en vigor. En el Reino Unido no tenemos ningún registro de este tipo. No tenemos DNI ni este tipo de sistema, por lo que muchos británicos no están acostumbrados a registrarse. Nosotros les estamos diciendo que aquí, en España y concretamente en Ibiza, es una obligación registrarse. Este ha sido el mensaje en los últimos 10 años de la Embajada británica en España, y más ahora. Esta mañana [la entrevista se realizó el pasado 19 de diciembre en el viceconsulado británico de Vila] he estado en Santa Eulària conversando con el alcalde [Vicent Marí], los concejales y un grupo de británicos sobre este asunto. Les hemos dicho que hablen con sus amigos y vecinos del Reino Unido para que, si no están registrados, por favor, les empujen a hacerlo. El otro asunto en el que trabajamos es que sepan dónde está la información veraz. Si lees lo periódicos, y esto no es un ataque contra el periodismo.

No se preocupe, ya estamos acostumbrados.

A veces cuentan la historia de una manera un poco oscura. Es como la vida en el consulado británico. Nadie viene aquí para decirnos que han tenido unas vacaciones fantásticas. Trabajamos para que los británicos sepan que en la página www.gov.uk hay información veraz de lo que está pasando y qué hay que hacer al respecto.

¿Pero han preparado algún plan de contingencia en Ibiza?

Nuestro trabajo es más informativo. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, dijo el pasado 11 de noviembre que quería que los británicos, incluso con no-deal (sin acuerdo), pudieran seguir disfrutando de sus vidas aquí como hasta ahora. Los británicos tienen que ocuparse, no preocuparse. Igual que los españoles en el Reino Unido. Hay cosas que tienen que hacer, como tener sus papeles en orden, pero no tienen que preocuparse tanto porque, ¿qué les pasaría si hay un no-deal? El Gobierno de España ha dicho que pueden seguir viviendo aquí.

Usted comentó en el V Foro de Turismo que lo que más le preocupa son los derechos de los ciudadanos en todo este proceso, como el de residencia. ¿Y si finalmente hay una ruptura total, sin acuerdo, cómo quedarán esos derechos?Por ejemplo, el de la sanidad. Si hay un periodo de transición, no problem durante una temporada, quizás durante un año, ¿pero y si no lo hay?

Yo no puedo prometer algo en nombre del Gobierno de España. Lo que ha dicho el Gobierno británico es que si hay una ruptura sin acuerdo, que no es lo que queremos, garantizaremos los derechos de los ciudadanos europeos en el Reino Unido. Nosotros podemos prometer que se garantizarán los derechos de los españoles o portugueses que viven en el Reino Unido si eso ocurre. La Comisión Europea y muchos países europeos han dicho que harían lo mismo con los británicos que viven en sus países. Esa promesa es importante para dar confianza a los británicos que residen aquí, y para los ibicencos que tienen a sus hijos o miembros de sus familias en el Reino Unido.

¿Cuántos británicos hay censados en Ibiza y Formentera y cuántos creen que residen aquí?

En Balears son alrededor de 22.000 británicos empadronados. En Ibiza, 2.602.

¿Y cuántos creen que viven realmente aquí?

En otros sitios hemos preguntado a los británicos: decían ser el doble que los empadronados. Muchos no se registran porque quizás no entienden el sistema. Y otros porque quieren esconderse.

¿De qué?

Algunos quieren esconderse Sí, quizás el doble de los que hay registrados como residentes. Cuando hablo con los ayuntamientos y les digo los que hay registrados, me miran con cara de extrañeza porque saben que hay más, muchos más, pero no están empadronados.

¿Por qué no se empadronan?

Cuando hablo con ellos dan razones distintas. Algunos no entienden el sistema español. Y hay gente que quizás tenga miedo, pues no habla bien el castellano y teme la interacción con las autoridades españolas. Si no es necesario hacerlo, lo evitan. Y hay muchos que están parte del año aquí y parte en el Reino Unido. Otros no han tenido tiempo para registrarse. En nuestra página web hay ahora una explicación en inglés muy clara sobre cómo tienen que hacerlo y qué documentos son necesarios.

El turista británico es el que más gasto ha generado en la isla (este año, 806 millones de los 3.053 millones totales), y el que más gasta por persona (973 euros) y por día (155 euros). Las Pitiüses tienen una gran dependencia del Reino Unido. Mal asunto como dejen de venir.

Suponen un 33% de los turistas que llegaron a Ibiza el pasado año. Y el gasto ha subido en 2018.

No obstante, este año han llegado menos, 828.456, un 4,5% menos que en 2017. ¿Por qué?

Quizás porque en 2017 se batió un récord de visitas. No todos los años pueden ser de récord. Y también hemos tenido un verano súper caluroso en el Reino Unido. A veces, la gente viaja a España porque está harta del tiempo que hay en su país, pero el pasado verano fue fantástico en ese sentido. Muchos prefirieron quedarse en Brighton.

Y a pesar de ser el turista económicamente más rentable, tiene mala fama por el uso y abuso del alcohol y las drogas, lo que en muchas ocasiones ya comienza en el vuelo hacia la isla. ¿Hacen ustedes algo para remediarlo desde el Reino Unido? La campaña de take your pic no tuvo mucho resultado, visto lo sucedido aquí el último verano.

Hacemos cosas desde el consulado. Tenemos una colaboración muy estrecha con los ayuntamientos, con el Govern balear y con la Delegación del Gobierno para buscar cómo podemos solucionar los problemas asociados con el turismo joven. Todo deriva, principalmente, de la libre disponibilidad de alcohol. Y de alcohol que está bastante barato. También estamos haciendo cosas en el Reino Unido, como el take your pick, una campaña que ha sido vista por más de 700.000 jóvenes británicos. Ahora hay una consulta (abierta hasta la primavera) en Gran Bretaña sobre la disponibilidad de alcohol en los aeropuertos británicos. Hemos escuchado las inquietudes sobre el problema que genera la gente bebida dentro del avión y estamos estudiando qué podemos hacer al respecto dentro de nuestros propios aeropuertos.

¿Por qué muchos jóvenes vienen a Eivissa a liarla? ¿El alcohol barato, quizás? ¿Que un gin tonic sepa a ginebra y no a tónica, como en el Reino Unido?

Es un problema con dos caras. Por un lado, la demanda. Algunos jóvenes beben demasiado. Pero eso tenemos que ponerlo en contexto con el número de británicos que vienen a Ibiza. El número de problemas que generan es pequeño en comparación con la cantidad de personas que están veraneando aquí. La mayoría tiene unas vacaciones fantásticas. Por eso vuelven cada año. También hay el problema del suministro. Trabajamos con las autoridades de la isla para ver si hay necesidad de que se lleve a cabo un cambio en el suministro de alcohol.

¿De qué manera? ¿Cómo van a limitar el acceso?

Hay muchas ofertas, por ejemplo, beber en una hora lo que se pueda por 10 euros. Yo he tenido 17 años: si alguien me hubiera cobrado 10 euros por beber lo que me diera la gana durante 60 minutos, lo habría aprovechado. Tenemos que acabar con esa tentación.

¿Qué hay que hacer con el West End? ¿Y con los party boats?

Hemos tratado mucho ese tema con el Ayuntamiento y con algunos de los dueños de los bares de esa zona, así como con los jóvenes y las ONG que trabajan cada noche allí para ayudar a la gente. No queremos dañar la economía que genera el turismo británico en Eivissa. Estoy muy contento con que los británicos escojan la isla para veranear, pues es un sitio seguro para pasar sus vacaciones. Pero cosas como esas ofertas de alcohol tan barato, tanto del West como de otras zonas, no están ayudando en nada: ni a la economía del pueblo, ni a la imagen del destino ni de la isla, ni a los jóvenes británicos que van allí.

Antes de empezar la entrevista, la vicecónsul, Sharon Hodges, suspiraba y ponía cara de circunstancias cuando le recordaba el verano. ¿Qué tipo de servicios o ayudas ofrecen en el viceconsulado ibicenco durante esa época? ¿Qué lugar ocupan los problemas derivados del consumo de alcohol y drogas, o de la venta de estas últimas?

Muchos servicios son a gente que no ha cuidado de sus pasaportes. Emitimos muchos pasaportes de emergencia. Cada verano ampliamos el equipo en Ibiza para atender esos casos. Nuestro trabajo se enfoca a la gente más vulnerable. Como he dicho antes, nadie viene al consulado a contarnos lo fantásticas que están siendo sus vacaciones. Sólo vemos el lado oscuro. Buena parte de ese trabajo es de información a las familias, para ayudarles a entender cómo es el funcionamiento burocrático de España, que es muy diferente al del Reino Unido. También trabajamos para mejorar nuestros enlaces con las autoridades de aquí.

¿Tienen datos sobre esas ayudas?

Hemos asistido a 125 detenidos este año, más o menos la misma cantidad que en 2017. También hemos dado 586 pasaportes de emergencia, otra cifra similar a la del año pasado.

Pues sí que pierden pasaportes.

Lo que ha aumentado han sido las caídas desde balcones: 10 en total. De ellos, desgraciadamente uno resultó muerto. Este año hubo más. Y fueron caídas accidentales. No eran personas que se lanzaran a la piscina.

¿Debido al consumo de alcohol o drogas?

La gran mayoría, no en todos los casos, tenía un nivel alto de alcohol en la sangre, según me contaron los médicos.