Asier Carc vive en Ibiza pero es de Vitoria. A principios de este mes tenía que regresar a la isla desde su ciudad natal y, aunque no hay ruta directa entre Vitoria e Ibiza, una amiga le comentó que un avión de Iberia estaba haciéndola con viajeros del Imserso. Se puso manos a la obra y en un buscador de vuelos encontró un pasaje por 40 euros. Lo compró.

Cuando el 1 de diciembre por la noche llegó al aeropuerto de Vitoria para coger su vuelo de Iberia con destino a Ibiza, cuenta Asier a Diario de Ibiza que se sorprendió muchísimo al no ver a nadie más en la zona de embarque. Por el contrario, en la puerta contigua a la suya, en un vuelo de Ryanair a Tenerife, había una cola larguísima.

Ante la duda de haberse equivocado de puerta, día u hora, Asier se acercó al mostrador de Ryanair y preguntó si sabían algo de un vuelo con destino a Ibiza. "¡Ah!, ¿Tú eres el pasajero que va a Ibiza?", explica que le preguntó el empleado de Ryanair. "Pues viajas solo", le dijo, y fue entonces cuando se enteró del peculiar viaje que estaba a punto de iniciar.

El avión había llegado a Vitoria con los últimos viajeros del Imserso que regresaban de sus vacaciones en la isla. La aeronave de Iberia debía regresar a Ibiza obligatoriamente porque al día siguiente cubría otra ruta con origen Ibiza, así que debía realizar el trayecto, con o sin pasajeros.

"Es la segunda vez que veo una cosa así en 30 años que llevo trabajando en el aeropuerto", comenta Asier que le dijo la empleada de la aerolínea que le atendió en la puerta de embarque. Al entrar en el avión salió el piloto a saludarle y le preguntó si había cenado, a lo que respondió negativamente. "Pues la azafata te llevará mi cena, que no tengo hambre", añadió el comandante. Así que Asier cenó tranquilamente en un vuelo que no dura más de hora y veinte minutos y luego fue invitado a visitar la cabina del piloto.

Al parecer, si hubiera sido un vuelo programado se habría anulado al no tener pasajeros, pero como el avión tenía otra ruta con salida de Ibiza, volaba de todas formas.