La economía balear pierde velocidad, pero pese a ello mantiene un buen ritmo de crecimiento, según señala la patronal CAEB, que hoy ha presentado un nuevo informe de coyuntura económica. En cualquier caso, su presidenta, Carmen Planas, ha lanzado una crítica al Govern, al considerar que los presupuestos de la Comunitat Autònoma para 2019 son una mala noticia y no ayudan a mantener esta buena evolución, al incorporar una subida de la presión fiscal. En el apartado de desagregación territorial, el informe señala que en el tercer trimestre se ha estrechado el diferencial de crecimiento entre los diferentes territorios insulares. Y es que mientras Menorca ha moderado el ritmo de avance (2,1% frente al 2,4%) en la misma proporción que la media regional, Ibiza y Formentera, el territorio con un crecimiento más destacado, ha experimentado una ralentización superior a la del resto de territorios insulares (3,1% al 3,6%).

Esta divergencia se debe a que ambos territorios han evidenciado una contribución menor de los servicios turísticos, si bien esta circunstancia ha afectado de manera más acentuada a Ibiza y Formentera, dada su mayor especialización turística. Además, cabe señalar que la afluencia de turistas ha disminuido durante el tercer trimestre en Ibiza y Formentera (-3,9%) en mayor proporción que en el conjunto del archipiélago (-0,2%).

Media aproximada del 2,7%

La CAEB estima que la economía de las islas ha crecido un 2,6% durante el tercer trimestre de este año (en plena temporada alta), por debajo del 2,9% alcanzado en el segundo trimestre y del 3,1% del primero. Esta pérdida de velocidad lleva a esta organización empresarial a estimar que la media de todo el año se cerrará con un alza del 2,7%, y augura para 2019 un incremento del 2,3%, lo que supone que se mantiene la fase expansiva, pero con una velocidad más limitada.

Por lo que respecta al tercer trimestre de este año, se señala que el sector servicios ha crecido un 2,6%, la construcción un 5% (lo que la convierte en el único sector que gana velocidad) y la industria un 1,9%.

Desaceleración del consumo privado

Un factor que se destaca es la desaceleración del consumo privado, que ha crecido un 2,5%, algo que se achaca a la menor capacidad de gasto de las familias por la subida de los precios, especialmente intensa en alimentación y en los gastos vinculados a la vivienda, entre ellos luz y calefacción. Eso explica que las ventas del comercio apenas se estén incrementando.

Con mayor fuerza aumenta la inversión empresarial, que alcanza un 3,7%, especialmente en el caso de la construcción, lo que la convierte en uno de los motores que en estos momentos presenta una marcha más positiva.