Un jamón valorado en 100 euros junto a un lote de 40 euros es el regalo que una inmobiliaria realizará estas Navidades a cada uno de los porteros de las 25 fincas que administra. Una cesta de tres pisos cuyo precio asciende a 325 euros llegará a la consulta de un médico de parte de un particular que desea, de esta manera, mostrarle todo su agradecimiento por la ayuda prestada.

Estos días, en La Casa de las Cestas y El Paladar se preparan cientos de cestas y lotes, una tradición que todavía se mantiene viva, para satisfacción de quien los recibe, aunque Juan José Piñeiro, propietario de la primera, afirma que va disminuyendo con el paso de los años. Y él sabe de lo que habla, pues lleva ya 40 en el negocio y lo ha visto evolucionar y atravesar una crisis que, recuerda, dejó muy tocadas a muchas empresas y llevó a otras incluso a la «ruina».

Para Piñeiro, el turrón y los polvorones y las botellas de vino y de cava no pueden faltar en las cestas o lotes de Navidad. «También se suele poner embutido: salchichón, chorizo ibérico, queso», resalta sin olvidar «un buen jamón ibérico», un producto por el que en ocasiones se opta incluso para sustituir a todo lo demás. «Hay gente que prefiere un buen jamón y ya está, porque a lo mejor no comen tal cosa o no beben...», afirma.

Esto es algo en lo que coincide Iris Martínez, encargada de la tienda de El Paladar en Ibiza, que resalta que para ellos este producto es «el rey de la casa». Y pone como ejemplo empresas que optan por regalar un jamón de bellota ibérico Cinco Jotas cuyo precio alcanza los «500 euros».

Lotes y cestas, producto distinto

En La Casa de las Cestas distinguen entre cestas y lotes. Las primeras se elaboran con las tradicionales cestas de mimbres o baúles a los que luego se da una segunda vida en el hogar. Según Piñeiro, éstas suelen regalarlas «particulares» y sus principales destinatarios son «médicos o abogados», por ejemplo. «También políticos, aunque ahora menos, porque no está bien visto», indica y agrega que antes no era así y que «los mejores jamones» solían ser para ellos.

Piñeiro explica que las hay desde 20 euros hasta lo que uno quiera gastar. «Este baúl son 210 euros, o se puede llegar a 500», dice. Añade que no sólo las sirven en la isla, sino que también realizan envíos a la Península, sobre todo a hospitales, «de parte de gente que se ha tratado alguna enfermedad» y quiere expresar su agradecimiento.

En El Paladar, las cestas -introducidas este año como novedad, pues los clientes las demandaban- son metálicas y en ellas se ven los productos que contienen. «Las hacemos bastante personalizadas, a gusto del consumidor, aunque este año nos traen también de la central [ya montadas]», señala Martínez. Lo mismo afirma Piñeiro: «Hacemos mucho por encargo, sin alcohol, a medida [del cliente]», quien añade: «Nosotros montamos con producto de aquí».

Los lotes, por su parte, suelen ser encargados por empresas para repartir a sus trabajadores. El dueño de La Casa de las Cestas recuerda que el primer lote de Navidad que se entregó a los trabajadores del Consell de Ibiza lo hicieron ellos, hace 40 años, cuando empezaron, entonces ubicados en Vía Púnica.

Piñeiro afirma que en esos primeros lotes se ponía turrón y los licores y bebidas alcohólicas «cundían más» porque el precio era inferior. «Con el 21% de IVA todo se ha puesto carísimo», cuenta. Explica que también se incluía «alguna lata de atún, una botella de aceite, alguna sobrassada». «Pero embutido no», apostilla.

Más producto de calidad

«Ahora hay más calidad», apunta y resalta que aunque el volumen de lotes disminuye, «baja el lote barato y sube el de calidad del producto, el precio». Eso sí, tienen para todos los gustos, de 25 euros hasta 100 euros. A este respecto apunta que el gasto medio suele rondar entre los 50 o 70 euros, si bien depende del número de empleados que hay en la empresa. «Si tienen mucho personal no se pueden gastar 100 euros en cada lote y van al de 35», comenta.

En El Paladar, por su parte, indican que cuentan con variedad de lotes y que los sirven en la isla y los envían también fuera. «Hay desde 14 euros hasta 300», señala Martínez como ejemplo. «50 euros puede ser el gasto más habitual, pero también hay quien se lleva un súper lote de 500 euros para regalar. Depende. Y en las empresas, igual. Las más pequeñas, lo que se pueda. En las más grandes hay algunas que para sus ejecutivos gastan 500 euros», explica la encargada.

Martínez indica que los hay básicos, con «un poco de jamón, de queso y una botella de vino, que da para una cena»; sólo de dulces con cava y champán; todo salado «que es lo que más se estila», o completos «con un pica pica [en referencia a los productos salados], turrón y postre».

Por otra parte, Piñeiro reconoce que también hay empresas que prefieren no dar lote e «invertir en una buena cena para el personal» o entregar a sus trabajadores «un vale de dinero» para que ellos puedan comprar lo que deseen. «Y la gente viene y se lleva lo que quiere, y listo», afirma.

Asimismo, recuerda cómo años atrás los lotes se convirtieron en un reflejo de la situación de crisis económica que vivían las empresas, ya que negocios con «20, 30 o 50 trabajadores» de repente encargaban una decena porque era el personal que les quedaba. Esa situación fue especialmente llamativa durante «dos o tres años», dice. «Había contratistas que con la crisis desaparecieron», agrega.

Estos días el propietario de La Casa de las Cestas cuenta que los encargos no son muchos todavía. «Esta semana estamos tranquilos, pero luego viene la gente el último día», apostilla. En El Paladar apuntan que, de momento, las ventas de este año parecen igualar al pasado. «Esperamos que se mejoren», dice.