Especialmente lo es para especies de cetáceos de buceo profundo como el cachalote, el calderón común, el calderón gris, el zifio de Cuvier pero también para especies oceánicas como el rorcual común, el delfín listado, el delfín común y el delfín mular (el cual, aunque es una especie más costera, es el más común de los delfines en la franja de diez millas alrededor de Balears).

En Balears, el cachalote se encuentra desde el talud continental hasta aguas profundas superiores a los 2.000 metros; así como en el canal del mar Balear, canal de Ibiza y canal de Mallorca. Otra especie importante en esta zona es el zifio de Cuvier, frecuentemente asociada con hábitats de gran pendiente y con marcada preferencia por cañones submarinos y escarpes. Estos zifios pueden permanecer sumergidos el 98% del tiempo, normalmente en aguas muy profundas (hasta 3.000 metros de profundidad), con inmersiones que pueden superar las dos horas de duración. En el caso de los cachalotes, éstos llegan a pasar más del 72% de su tiempo bajo el agua, con una duración media de inmersión de 40-50 minutos.

La amenaza del ruido

Una de las principales amenazas para estas especies es el ruido submarino, como el que se produce a gran escala con los cañones de aire comprimido que se usan en las campañas de sondeos acústicos como la que se pretende llevar a cabo en estas aguas del mar Balear, entre el sur de Mallorca y el norte de Ibiza y Formentera, en el marco del proyecto MedSalt-2, cuya realización provocaría un impacto ecológico crítico e irreversible en estas especies y otras de cetáceos, tortugas marinas, aves marinas y peces. La Dirección General para la Sostenibilidad de la Costa y del Mar del MITECO ya se ha pronunciado en contra de que se lleve a cabo este proyecto MedSalt-2, por lo que, en coherencia, no debería ser autorizado y se tendría que proceder a su archivo definitivo.

Todas las especies de cetáceos citadas están protegidas por diferentes convenios y acuerdos internacionales y por normativa de la Unión Europea, estatal y autonómica. Además, recientemente, el Grupo de Trabajo de Áreas Protegidas para Mamíferos Marinos (MMPATF) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha designado en el mar Balear un Área de Importancia para los Mamíferos Marinos (IMMA, por sus siglas en inglés) denominada Plataforma y talud de las Islas Baleares, con una superficie de 22.708 km2.

Presencia de cetáceos

Los motivos para esta significativa designación se encuentran en la ficha técnica de esta IMMA [UICN-MMPATF (2017)]. Ésta se ha definido sobre todo por la gran importancia que tiene la población de cachalote que habita estas aguas, además de por la presencia de una serie de otros mamíferos marinos como el calderón común, el calderón gris, el delfín listado, el delfín mular y el delfín común.

El elemento más decisivo es que se trata de un área de alimentación y cría de la población mediterránea de cachalote, población que se encuentra diferenciada genéticamente de la población atlántica y que está clasificada por la UICN como «en peligro de extinción». El cachalote tiene en esa zona una presencia continua a lo largo del año.

Esta área es una de las pocas regiones de la cuenca del Mediterráneo occidental en la que se observan regularmente grupos sociales con hembras y crías y machos maduros solitarios, lo que indica que es un área propicia para el contacto sexual entre estos machos y las hembras reproductivas. De hecho, es uno de los pocos lugares de reproducción conocidos para esta especie en el Mediterráneo y el único del que se tiene constancia en las aguas españolas de este mar.