El suelo 'artificial' en la franja del primer kilómetro de costa de las Pitiusas ha aumentado un 60,8% entre 1990 y 2012, recordó ayer Guillem Xavier Pons, profesor del departamento de Ciencias de la Tierra de la UIB, durante la exposición de la 'Evolución de la superficie protegida de los espacios naturales de Ibiza y Formentera'. «Eso nos confirma -señaló- que desde que se aprobó la Ley de Costas en 1988 y se comenzaron a tomar, supuestamente, medidas urbanísticas y de ordenación del territorio democráticas, la superficie urbanizada en el ya castigado litoral insular ha sido tan alarmante como durante los años del desarrollismo».

Los suelos más afectados «en términos de degradación y destrucción han sido los agrícolas del litoral», que han disminuido en 1.689 hectáreas, apuntó Pons. No todo el suelo agrícola desaparecido se ha transformado en urbano, indicó: «Una parte significativa ha sido abandonada y recuperada por las masas forestales». Pons destacó que el tramo del primer kilómetro de costa goza de una elevada protección, de manera que el 73,7% de la franja de Ibiza está protegida, el 93,5% en el caso de Formentera.

El peligro, dijo, es el suelo que «queda vacante, sin protección, y que podría ser susceptible de ser 'artificializado'». Y no es poco: representa el 11,7% de la franja litoral de Ibiza y el 5,2% de la de Formentera. En el caso de la costa ibicenca, «se aproxima al terreno que ya está urbanizado». En Formentera, «se cuadruplicaría».

Pons y los autores de la comunicación, la geóloga Laura del Valle y el geógrafo Iván Murray, critican que las áreas naturales pitiusas de especial interés han estado sometidas a «vaivenes normativos constantes», dependiendo de qué partido gobernara, que «han hecho peligrar su papel en la conservación de la biodiversidad».

Durante la segunda jornada, Samuel Pinya explicó qué es BioBal, un proyecto cuyo objetivo es dar a conocer la biodiversidad de la Comunitat Autónoma. Nació como una web de avistamientos de pájaros en Calvià, que evolucionó y sumó el buceo, las caminatas por el campo y hasta la historia de ese municipio. De ahí dio el salto a Balears, pero sumando a la vertiente científica, educativa y divulgativa, la turística, la que «da dinero», admitió Pinya, y hace sostenible económicamente esta iniciativa. El turismo de naturaleza tiene tirón y le ha atraído un importante esponsor, que le financia la web (estará disponible en febrero) durante 40 años (afirma que se lo han asegurado) y la creación de una app (funcionará en 2019). Ahora le han propuesto que lo desarrolle para toda España.