Cerca de medio centenar de personas se han concentrado esta tarde frente a las instalaciones de Diario de Ibiza para clamar por la libertad de prensa y protestar por la decisión de un juez de Palma de intervenir los móviles, ordenadores y documentos de dos periodistas que investigan el caso Cursach de corrupción empresarial y policial en Mallorca.

Diario de Ibiza ha convocado esta protesta para sumarse a las movilizaciones convocadas por el Sindicat de Periodistes de les Illes Balears (SPIB) y la Associació de Periodistes de les Illes Balears (APIB), que a pesar de la lluvia tienen previsto concentrarse hoy a las ocho en Palma. A la concentración, además de la plantilla de Diario de Ibiza han asistido periodistas de Radio Ibiza Ser, de IB3, así como algún integrante de departamentos de comunicación y profesionales ya retirados de la profesión. También se han sumado a la protesta en Diario de Ibiza Arnau Mañas y Óscar Rodríguez, concejales de Guanyem en Sant Josep y Santa Eulària.

Sumándose a la campaña #ElSecretoNoSeToca, impulsada por ambas asociaciones de periodistas, todos los asistentes se han tapado la boca. La directora de Diario de Ibiza, Cristina Martín, ha destacado la "unidad" que está mostrando la profesión periodística tras la intervención del material periodístico a Kiko Mestre (Diario de Mallorca) y a Blanca Pou (Europa Press Baleares) y ha afirmado que hay que "seguir batallando". "Sin libertad de prensa no hay democracia", ha continuado Martín, que ha insistido en que para poder ejercer la libertad de información el "secreto profesional" de los periodistas debe estar garantizado.

Incautación de móviles y ordenadores

El juez Miguel Florit, que investiga el caso Cursach, ordenó el pasado martes la incautación del teléfono móvil de Mestre, así como la entrada de agentes de la Policía Nacional en la redacción de Diario de Mallorca y Europa Press en Palma, para proceder a la intervención de material periodístico relativo al caso Cursach, con el objeto de determinar el origen de una filtración periodística.

La dirección de Diario de Mallorca informó a los policías de que no entregaría voluntariamente el ordenador ni ningún tipo de documentación, por lo que los agentes se fueron con las manos vacías. Por el contrario, la Policía requisó dos ordenadores, el móvil y documentación relacionada con el caso Cursach a la periodista Blanca Pou en la redacción de Europa Press. A Pou no le permitieron ponerse en contacto con su abogado ni con la delegada de la agencia.

Esta misma mañana tanto Diario de Mallorca como Europa Press presentan conjuntamente una querella en la que acusan al juez Florit de prevaricación judicial, de atentar contra la inviolabilidad del domicilio y contra el derecho del periodista a no revelar sus fuentes.