Las plantillas de Diario de Mallorca y Mallorca Zeitung se concentraron ayer por la tarde en la puerta del diario para mostrar su solidaridad con su compañero Kiko Mestre, al que la Policía requisó el martes su móvil personal y de trabajo, y reivindicar el derecho a la información, piedra de toque de la democracia.

Los trabajadores exhibieron simbólicamente sus teléfonos móviles para reclamar que se respete el secreto profesional, vulnerado con la incautación de los instrumentos de trabajo de los periodistas.

La concentración fue captada por otros medios de comunicación, que a lo largo de toda la jornada se interesaron por la evolución del caso y sus consecuencias.