La reforma del edificio del Conservatorio de Música y Danza de Ibiza ha vuelto a quedar desierta, según confirmó ayer la conselleria balear de Educación. Esta es la tercera ocasión en la que ninguna empresa se presenta al concurso para las obras, lamentaron desde el Govern.

Después de que la primera vez que salieran a concurso los trabajos éstos quedaran desiertos, la conselleria optó por agrupar todas las obras por las que ninguna constructora se había interesado con el objetivo de hacerlas más atractivas: Can Cantó, L'Urgell, Sant Ciriac y el Conservatorio. Sin embargo, no sirvió de nada, ya que el concurso volvió a quedar desierto.

Hace un par de semanas, el conseller balear de Educación, Martí March, anunció durante su última visita a Ibiza que, tras consultar el problema con los técnicos, volverían a sacar las obras a concurso incrementando un 15% el presupuesto. Esto implicaba que las obras se encarecían alrededor de 80.000 euros (de 536.615 euros a 617.000 euros) con la intención de que resultaran más «golosas» a las constructoras.

Esto tampoco ha sido suficiente. «Se han presentado empresas a las obras de los colegios Can Cantó y L'Urgell, pero han quedado desiertas las del Conservatorio y Sant Ciriac», confirmó la conselleria, que anunció que su intención es volver a sacar a concurso las obras pendientes con otro incremento en el presupuesto. En la conselleria desconocen los motivos por los que las que no hay empresas interesadas en hacer estas obras.

Consuelo Antúnez, presidenta de la asociación de Constructores de la Pimeef, apuntó ayer a la cuestión económica como principal motivo por el que estas obras quedan desiertas. Antúnez señaló que el coste final debe compensar a las empresas y que, en el caso de las Pitiusas, es complicado, ya que las empresas de fuera de la isla no pueden traer a sus propios trabajadores por los problemas de la vivienda. Además, tampoco pueden contratar a profesionales de la construcción aquí porque casi todos están ya trabajando. «Si nos cuesta a nosotros encontrar gente...», reflexionó la presidenta de los constructores.

De la misma manera, Antúnez explicó que «no todas las empresas pueden acceder» a obras públicas como las que saca a concurso la conselleria de Educación. «Exigen una clasificación que normalmente sólo tienen las empresas grandes y aquí, casi todo son empresas pequeñas y medianas», justificó la presidenta, que destacó que en las Pitiusas sólo hay un par de empresas que cumplen con los requisitos que exige la Administración para optar a sus trabajos. «Algunas, en un par de ocasiones, se han presentado formando parte de una unión temporal de empresas», apuntó.

«Si tenemos todo esto en cuenta y, además, le sumamos los precios a los que paga la Administración, es complicado», reconoció Antúnez, que señaló que todo esto ya se lo explicó, hace unos meses, a un representante del Institut Balear d'Infraestructures i Serveis Educatius i Culturals (Ibisec). Los responsables de este organismo, encargado de las obras de la conselleria de Educación, querían saber cuál era la situación del sector de la construcción en las Pitiusas para tratar de encontrar la manera de evitar que los trabajos pendientes continuaran quedando desiertos.

«Les dije que creía que el inconveniente era, principalmente, económico y que si se pudieran presentar empresas más pequeñas, a ellas sí que les interesaría», concluyó.