El 'brexit', el proceso por el que Gran Bretaña puede acabar saliendo de la Unión Europea, ha dado muchas vueltas y ha generado toda clase de opiniones. Recientemente, la primera ministra británica, Theresa May, llegó a un acuerdo con la Comisión Europea para la salida de Reino Unido de la unión. Sin embargo, la incertidumbre sobre si dicho acuerdo será aceptado por la Casa de los Comunes del Parlamento británico y por el propio pueblo es muy grande. En general, los analistas parecen coincidir en que las posibilidades que tiene May de que se apruebe el acuerdo en el parlamento mañana son más bien escasas. Eivissa, como muchos otros lugares de España, cuenta con una nutrida población británica que reside en la isla todo el año. Y su opinión al respecto es variada aunque coincide en lo esencial. Definido por algunos como «el mayor desastre de la historia del Reino Unido», el 'brexit' reunió el domingo pasado a cuatro británicos residentes en la isla. Fue en la iglesia de Sant Rafel, donde parte de la comunidad británica se reunió para la misa de Navidad. Todos partidarios de permanecer en la Unión Europea ya que según dicen, «sería difícil encontrar a alguien partidario de salir» aquí en Eivissa.

Además, los cuatro ya defendían la permanencia antes del referéndum y no han cambiado de opinión. En este sentido, Anthony Davis, que lleva 13 años en la isla, reconoce que ha mantenido su opinión: «Me sorprendió mucho el resultado que salió porque creo que la mayoría de la gente pensó que se votaría a favor de quedarse en Europa y no imaginaban que el 51,9% votaría por abandonarla». James Fullford, que lleva solo un año en Eivissa, recoge el hilo argumental de Davis: «Incluso los líderes del 'brexit' se sorprendieron. Johnson y Gove estaban visiblemente sorprendidos. No pensaban que ganarían y por ello no tenían ningún plan. Lo hacían solo como protesta. En mi caso, puedo asegurar que no me quedaría en Eivissa sin un 'brexit' duro. Una vez que el 'brexit' se consumara me iría de Reino Unido para venir a vivir aquí».

Esta declaración sorprende a John Jefferys, un jubilado que lleva en Eivissa 10 años: «¿En serio. No sabía que esa era tu motivación?». «No solo esa, pero si es la más importante», contesta Fullford. Un poco más precavida se muestra la cuarta invitada, Camilla Simpson, la más joven del grupo, que lleva aquí dos años: «A partir del año que viene puede ser difícil para nosotros vivir aquí, porque cuando entremos en ese periodo de transición, estaremos en una nueva época de incertidumbre. ¿Qué pasará? ¿Necesitaremos visado? ¿Tendremos que cambiar el carné de conducir?».

Jefferys la tranquiliza: «No creo que haya problema. España ha dicho desde el principio... O sea, el día después del referéndum había pancartas fuera de algunos ayuntamientos en las que ponía que los británicos siempre serían bienvenidos aquí».

Lo que tienen claro es que el acuerdo de May tiene pocos visos de prosperar en la Casa de los Comunes. Davis afirma: «Este acuerdo, según parece, no se aprobará en la Casa de los Comunes, porque matemáticamente, numéricamente, va a ser muy difícil que pase y que se apruebe. Así que si no se aprueba, nos van a quedar solo dos opciones, que son: O no al acuerdo de 'brexit' o no total al 'brexit', lo que probablemente requeriría un nuevo referéndum».

Con esta opinión coincide Fullford: «Sí, ese es el resultado más probable, el que todos preferimos aquí es ese, con el que espero que se decidiese permanecer. El acuerdo de Theresa May, es algo así como el término medio, o sea no es horrible, no es bueno, pero tampoco horrible, así que es una decisión de con qué te quedas; con algo que no es muy malo o te arriesgas con el premio gordo, que es acabar con el 'brexit'. Pero existe el riesgo de que suceda lo contrario, lo que sería un desastre». Y Davis insiste: «La realidad es que este acuerdo está perdiendo apoyos. Esta misma mañana [por el 2 de diciembre] el exsecretario del 'brexit' Dominic Raab dijo que, desde el punto de vista de la ley internacional, en el periodo de transición, que podría durar hasta cuatro años, no vamos a estar en posición de llegar a un acuerdo con nadie».

Cuando se les plantea qué debería ocurrir en caso de que el acuerdo no se apruebe en el parlamento, Fullford asegura: «El paso valiente sería que los 630 miembros del parlamento dijeran: hemos sido elegidos para tomar decisiones en representación vuestra y después de estudiar con cuidado la situación vamos a cancelar el 'brexit'». Pero Davis apunta: «No pueden cancelar el 'brexit'. No pueden sin consultar al país». Y Fullford insiste: «Sí que pueden. Legalmente pueden. Pero necesitan que Bruselas les permita retirar el artículo 50. Pero Anthony tiene razón en la práctica, por que cancelarlo sería un suicidio político».

Una de las opciones que se ha barajado desde el día siguiente del referéndum de 2016 es la de repetirlo de nuevo, ya que mucha gente no fue a votar pensando que ganaría la permanencia. En este caso es Simpson la que responde: «Yo creo que es embarazoso. Me siento avergonzada de formar parte de una cultura británica que tiene tal complejo de superioridad y que piensa que deberíamos volver a la época del imperialismo. Es decir, hay británicos nostálgicos que piensan que no hay mejor país en el mundo que el Reino Unido, lo cual es absolutamente ridículo y bochornoso para mi generación. Porque me gustaría creer que nuestra forma de pensar es un poco más liberal ahora mismo pero, al parecer, no es así».

Entonces surge la palabra nacionalismo. Davis asegura: «Creo que es una cuestión transversal que atraviesa toda Europa no solo Gran Bretaña». Mientras que Fullford amplía: «Es un nacionalismo que viene, sobre todo, de los hombres mayores. Y son bastante hipócritas, porque no les gusta el nacionalismo escocés, irlandés, galés o, incluso, el inglés. Consideran que todos deberíamos trabajar para un equipo llamado Gran Bretaña, pero cuando intentas que el equipo Gran Bretaña trabaje para un equipo mayor llamado Europa, entonces dicen que no. ¡Que Gran Bretaña dominaba el mundo!, ¡que somos la quinta economía mundial!... Todo basura, es vergonzoso. Hemos estado molestando a Europa durante 30 años, siempre pidiendo un trato especial. Todos mis amigos europeos dicen: Gran Bretaña siempre quiere algo especial».

Aunque Davis aclara: « A veces hay razones para eso, porque sino no se habrían concedido, las devoluciones, por ejemplo. Hay una razón para eso».

Y Fullford contesta: «Sí pero... No queremos Schengen, no queremos entrar en el euro, vale, teníamos buenas razones para eso y quizá acabemos teniendo razón. Pero desde el punto de vista de Europa siempre estamos pidiendo ser diferentes. No podemos pedir a los demás que jueguen en equipo y nosotros ser tan individualistas».

Una de las cuestiones que muchos de los británicos residentes fuera de Reino Unido comentan es la imposibilidad de votar si llevan tiempo fuera. «Yo quisiera mencionar una cosa. Solo una, más allá de lo que hemos hablado aquí. Estoy bastante cabreado por no haber podido votar en el referéndum. Hay una ley, que no sé cuando se aprobó, por la que, al parecer, la gente que lleve más de 15 años fuera del país no puede votar. A mí me gustaría poder votar en un nuevo referéndum».

Fullford cuenta su caso: «Mi caso es peor, porque yo no voté. ¿Por qué? Por que pensé que saldría que no por un 90%». Mientras que Jefferys apostilla: «Esa es parte de la razón por la que el referéndum se perdió». Y Fullford completa: «Además, se hizo el mismo día que Glastonbury, así que otras 150.000 personas que no fueron a votar. La gente pensó que era una broma».

En general todos opinan que no habrá grandes problemas en caso de que el 'brexit' se haga efectivo. Tanto para los británicos que viven fuera de su país de origen, como para los españoles que viven allí. Aunque eso no quita que sean precavidos. «Yo he hecho todo lo posible para poner mis papeles en regla antes de marzo. Ahora tengo el NIE europeo, el verde, tengo mi tarjeta sanitaria y he cambiado mi carné de conducir y tengo un contrato de trabajo indefinido. Tengo casi todo lo necesario», explica Fullford.

Por su parte, Simpson expresa alguna preocupación: «La cosa se complica si tienes una propiedad en Gran Bretaña. La calidad de vida aquí en España es, para mí, mucho mayor que en Gran Bretaña. Pero, en la práctica, hay toda una serie de complicaciones que podrían surgir, que me forzarían a volver. El caso es que no sabemos qué va a pasar con los precios de las propiedades si quiero vender... Jefferys la interrumpe: «Los precios de las propiedades van a bajar con el 'brexit'».

Y Fullford hace una reflexión: «Yo creo que entre los jóvenes es diferente. Creo que la idea de Estado-nación está obsoleta. Hoy en día la gente se une o identifica por otras cosas, como puedes ver aquí, por grupos de amigos o cultura común. Pero ves cómo reaccionan algunos de los columnistas más viejos del Times y cómo otras personas te dicen: ¡no quieres a tu país, eres una vergüenza y deberían echarte!... Quiero decir que me gusta cuando Inglaterra gana un partido de fútbol, pero ya está. Y Jefferys apunta: «A mí también me gusta cuando ganan en críquet».

Entonces aparece un espontáneo. Se trata de David Screaton, un jubilado que cuando se realizó el referéndum vivía aún en Inglaterra. La gente más mayor fue la que votó mayoritariamente por salir de la Unión Europea, aunque Screaton explica: «Pero no fue por salir, fue para... [y levanta los dedos índice y corazón, gesto que equivale al de levantar solo el dedo corazón en España] a Cameron [el entonces primer ministro británico]».