El Consistorio de Ibiza no bajará su impuesto de bienes inmuebles (IBI), que se encuentra en el 0,73%, pese a que la Ley de Haciendas Locales establece una horquilla entre el 1,1% (máximo) y el 0,4% (mínimo). El PP propuso ayer rebajar la presión fiscal sobre los ciudadanos del municipio, que pagan el IBI más alto de la isla, lejos, como recordó el edil popular Àlex Minchiotti, del 0,54 de Palma o del 0,51 de Madrid. Olvidó que más cerca, en Santa Eulària (gobernado por el PP), han acordado reducirlo al mínimo, al 0,4%, para 2019.

El PP cree que no es necesario «sangrar» más a los habitantes de Vila, pues el Consistorio ya tiene «mucho dinero en el banco», unos 20 millones de euros. Pero el equipo de Gobierno no está de acuerdo: «Queremos que los ciudadanos estén orgullosos de pagar impuestos», porque a cambio de ellos «reciben un montón de servicios», justificó Estefanía Torres, responsable de Hacienda y Economía. Además, la bajada «sólo beneficiaría a los grandes contribuyentes, sería un gran ahorro para los que más tienen», alegó.

Otra pasarela sobre el cinturón

Otra pasarela sobre el cinturón

Según Minchiotti, un IBI tan alto «afecta a los alquileres» y tiene «el efecto perverso de fomentar la economía sumergida», una teoría que no pareció convencer ni siquiera al edil de EPIC, Toni Villalonga. Durante el pleno, este reiteró en varias ocasiones la necesidad de mejorar la seguridad de la jefatura de la Policía Local, especialmente de su arsenal.

El popular Joan Tur Ripoll vio respaldada su petición de construir una pasarela elevada que conecte ambos lados del polígono industrial en el que se encuentra la depuradora de Ibiza. No logró que se revisen los puentes del resto del cinturón de ronda y las esculturas de las rotondas, pues según el edil de Movilidad y Cementerios, Juan José Hinojo, eso ya está planificado.

Otro edil popular, Jacobo Varela, quiso saber cuándo prevé el equipo de gobierno aprobar la ordenanza de transparencia. La edil de esos asuntos, Carmen Boned, señaló que ya está regulada por un decreto de alcaldía y advirtió de que «tener una ordenanza no implica ser más trasparente». En ese sentido, puso el ejemplo de la de Santa Eulària.