La convención de la Unesco celebrada ayer en la República de isla Mauricio acordó inscribir como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad la técnica de construcción de la pared seca, aceptando así una candidatura impulsada por ocho países de la cuenca mediterránea, entre ellos España, que incluyó dentro de su listado las paredes payesas de las Pitiusas y del resto de Balears, así como de ocho comunidades autónomas más. Los otros países son Chipre, Grecia, Suiza, Italia, Francia, Croacia y Eslovenia.

Además de su aspecto cultural, la Unesco considera que «los muros de piedra seca desempeñan un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas», por lo que el conjunto de conocimientos y técnicas de construcción referidas a estos muros queda ahora amparado por la Unesco.

Este tipo de muros se realizan mediante el apilamiento de piedras sin usar otros materiales de construcción salvo tierra seca, y están muy extendidos, sobre todo en zonas rurales de estos países europeos, según se extrae del comunicado emitido por la Unesco.

Estas estructuras no hacen daño al medio ambiente y son «un ejemplo de relación equilibrada entre el ser humano y la naturaleza», según la Unesco.

Además de servir en la prevención de desastres naturales, también contribuyen a luchar contra la erosión y desertificación, a mejorar la biodiversidad y a crear condiciones microclimáticas propicias para la agricultura.

La lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad reúne actualmente 399 tradiciones y conocimientos protegidos por el organismo de la ONU y 52 elementos más cuya supervivencia se considera amenazada, a la que se suman las candidaturas evaluadas esta semana en Mauricio.

Este organismo de la ONU anunció también que se incluirá la lucha tradicional coreana ssirum/ssireum, una propuesta conjunta de las dos Coreas que constituía una iniciativa sin precedentes y con la que pretende contribuir a la reconciliación de los dos países.

Satisfacción de Fanny Tur

La consellera de Cultura del Govern balear, Fanny Tur, expresó su satisfacción por esta declaración. «Es un reconocimiento a los trabajos tradicionales de las islas y al valor de la huella humana sobre el paisaje, pero una huella realizada desde el cuidado, el cariño y el respeto a la naturaleza, en contraposición a la huella de agresión que a menudo está dejando el ser humano», afirmó la responsable balear de Cultura.

Fanny Tur reconoció que la declaración no protege directamente las paredes de piedra seca en sí, pero «si llegan a desaparecer estas construcciones, se podría perder el reconocimiento obtenido ahora por parte de la Unesco», advirtió, dado que así lo estipula la normativa de este organismo. «Si no se mantienen adecuadamente, la Unesco puede quitar el título», reiteró. «A la hora de construir carreteras, por ejemplo, hay que tener en cuenta estas paredes de piedra seca», señaló la consellera, que animó a seguir usando este tipo de construcciones tradicionales en el campo pitiuso.

Más que interpretar esta distinción como un premio, Fanny Tur la consideró «una responsabilidad», que ha de dar lugar a un mayor compromiso institucional para preservar estas construcciones. Asimismo, se mostró partidaria de que las administraciones ayuden a su mantenimiento.