Santa Eulària prevé saldar en 2019 toda su deuda, tanto la del Ayuntamiento como la de su empresa pública, Emser XXI. Y no es poco dinero: en el caso del Consistorio, asciende a 4,2 millones de euros; en el de Emser XXI, a 4,7 millones de euros.

En total, unos nueve millones de euros que el alcalde, Vicent Marí, considera que podría dejar a cero en los primeros meses del próximo año si las cuentas del actual ejercicio cuadran como los técnicos prevén que lo harán: con aproximadamente 12 millones de euros de remanente. Con esa cantidad podrían aliviar al municipio de la carga de su pesada deuda, algo que permite la Ley de Estabilidad Presupuestaria para los superávits generados en las corporaciones locales. Otra solución que permite esa ley es destinar ese dinero a inversiones económicamente sostenibles.

En principio, y según explicaron ayer el alcalde y la edil de Turismo, Carmen Ferrer, durante la presentación de los presupuestos generales de Santa Eulària para 2019, en las cuentas ya se prevé rebajar la deuda de 4,2 millones (3,6 a largo plazo y casi 600.000 a corto), aunque en solo unos 600.000 euros. Eso, oficialmente, pues el alcalde quiere más. Su objetivo es, además de esa cantidad, usar el remanente de 2018 para «liquidar» toda la deuda del Consistorio. Y no sólo eso: «No se descarta, si el resultado presupuestario de 2018 lo permite, reducir también la deuda de Emser... o amortizarla totalmente».

La deuda de la empresa pública de la Villa del Río es fruto de la adquisición, en 2008, de las empresas privadas de abastecimiento de agua, compra cuyo propósito era municipalizar ese servicio. Se paga y amortiza con la tarifa de la factura del agua. Si la jugada sale como desea Marí, esos 4.691.000 euros adeudados quedarán en cero el próximo año. No hay que olvidar que 2019 es año electoral y que Vicent Marí podría volver a presentarse como alcalde, retirarse definitivamente de la política (como ha amagado a veces) o presentar su candidatura al Consell, tal como le ha propuesto un sector del PP. En cualquiera de los tres casos, limpiar la deuda del Consistorio sería un excelente aval de su gestión.Intensa actividad económica

El remanente tan alto previsto para 2018 es producto de la intensa «actividad económica» desarrollada este año en el municipio, «ingresos extraordinarios», en palabras del alcalde, derivados del aumento de «obras, plusvalías... todo lo que está vinculado a la actividad económica. Hay que tener en cuenta que estos últimos años ha habido una gran actividad en el sector turístico, por ejemplo en reformas en hoteles, movimientos importantes de propiedad, que generan plusvalías. Marí califica los ingresos de extraordinarios tanto por su elevada cantidad como por ser «imprevistos», pues «no se van a producir cada año».

No es el primer ejercicio en el que se producen esas recaudaciones extras. Ya en 2017 hubo un remanente de 11 millones de euros de 2016. Ese dinero sirvió, además de para inversiones, para amortizar en 5,8 millones de euros la deuda de 10 millones con la que Santa Eulària comenzó este año.

40 millones para 2019

Santa Eulària tiene presupuestados para 2019 un total de 40,1 millones de euros (es la primera vez que se supera la barrera de los 40 millones), lo que supone un incremento del 3,6% respecto a los de 2018. Las inversiones (7,6 millones de euros, un millón más que este año) crecen un 14,4%. Pero en vez de recurrir a créditos para cubrir el coste de los proyectos, el Consistorio vuelve a echar mano de los recursos propios. Por ejemplo, del dinero generado por tasas y precios públicos (cuyos ingresos se prevé que aumenten un 4,8%, casi medio millón de euros más) y de los impuestos directos (1,6% más, casi 300.000 euros más). Se incrementan esos ingresos, aseguró el alcalde, no porque suban los impuestos (el IBI, de hecho, baja al 0,4), sino porque «crece la actividad económica». A más actividad, más dinero para las arcas municipales.

Además, Santa Eulària recuperará en 2019 los 1,2 millones de euros que adelantó al Govern para la construcción del c0legio de Santa Gertrudis y el instituto Quartó d'Arabí. Y a eso hay que añadir que al amortizar 5,8 millones de euros de deuda, ha reducido un 29% los gastos financieros. Crecen (un 3%) incluso las transferencias por los tributos del Estado y por el plan de prestaciones básicas del Consell.