En principio, y tal como aseguró el director general de Playasol, Antonio Domenech, a este diario en septiembre, acabada la temporada los obreros empezarían a desmantelar el interior del hotel Piscis Park, situado a la entrada de Sant Antoni, para someterlo a una reforma total y convertirlo en un alojamiento de cuatro estrellas, dos más de las que tiene actualmente. Pero mientras cerca, en el Passeig de ses Fonts, ya han comenzado los trabajos de rehabilitación y reforma del hotel Portmany (trabajan hasta en domingo), en el Piscis Park nada se mueve.

Una portavoz de Playasol explicó ayer a este periódico que el retraso se debe a que se ha incorporado «una mejora en el proyecto original, que es ahora mucho más ambicioso». El grupo está pendiente «de que por parte de las autoridades competentes se aprueben esas mejoras del proyecto inicial». En función de cuándo se produzca ese visto bueno por parte de la Administración, «se modificaría el calendario de obras y se comunicaría».

Esas mejoras afectarían «sobre todo a la planta de la piscina, que se ha modificado y se ha incorporado la creación de un gimnasio y un spa. También incluye una serie de mejoras en las habitaciones piloto», señaló la portavoz.

En el Ayuntamiento de Sant Antoni no tienen conocimiento, sin embargo, de que se hayan introducido mejoras en el proyecto inicial. Ni de eso ni, siquiera, de que el proyecto original haya sido visado, requisito imprescindible para que pueda comenzar la reforma prevista inicialmente. Actualmente, el grupo Playasol «no puede comenzar las obras hasta que no presente el proyecto visado», advirtió una portavoz del Consistorio. Y si la cadena hotelera quiere introducir cambios sustanciales, mucho menos.

«Playasol -detallaron desde el Ayuntamiento- tenía, desde el año 2017, la autorización para el proyecto básico. En mayo de 2018, la cadena presentó un proyecto ejecutivo, pero no estaba visado. Desde el Consistorio se les dijo que tenían que presentar el proyecto ejecutivo visado». Es necesario comparar el proyecto visado con el proyecto básico presentado inicialmente «para comprobar que coinciden».

Retraso

Cuando, en mayo, el grupo Playasol quiso registrar el proyecto ejecutivo en el Consistorio, alegó «que no había entregado el visado porque tenía previsto realizar algún tipo de modificación». Pero desde entonces «no ha presentado ni el proyecto visado ni el proyecto modificado», apuntaron desde el Ayuntamiento.

Playasol dispone en estos momentos de «la autorización del proyecto básico, pero ese se ha de comparar con el ejecutivo visado. Si presentaran ahora el proyecto visado, y ese coincidiera con el básico, ya tendrían la autorización y podrían empezar la obra cuando quisieran».

Pero si Playasol cambia aquel proyecto, «entonces los técnicos deberán informar de nuevo, pues lo modificado ya no coincidiría con el proyecto básico para el que, inicialmente, se les había dado la licencia». Y eso «retrasaría el proceso», especialmente si la modificación introducida «es importante», tal como parece.