El West End, en el corazón del casco urbano de Sant Antoni, era «fabuloso, la mejor zona de ocio de la isla». Pero de eso hace ya un montón de años. Ahora ha cambiado, a peor, según Antoni Ramon, presidente de la Asociación de Alojamientos Turísticos de la Pimeef, vocal de la asociación hotelera de Sant Antoni, miembro del comité ciudadano de Sant Antoni y propietario del hotel Marfil.

«Cuando recomiendo una ruta a mis clientes, marco en un círculo el West, y les digo: 'No vayáis allí'. Lo que no es bueno para mí, no lo puede ser para mis clientes», aseguró Ramon anoche en el centro cultural Cervantes en el coloquio sobre el nuevo modelo turístico de Sant Antoni coorganizado por el Ayuntamiento y Diario de Ibiza, con motivo de la celebración del 125 aniversario del decano de la prensa matutina balear.

Ramon lanzó esta crítica contra el West con «todo el dolor» de su «cuerpo». «Ahí me he criado, tengo recuerdos fabulosos». Dicho esto, el empresario reconoció que había que «abrir el melón» del West. «Pero hay que ayudarlo. Hay que hacer lo necesario para que empiece a trabajar como cuando era la mejor zona de ocio de la isla», destacó acto seguido.

Además de Ramon, el alcalde de Sant Antoni, Josep Tur, el decano de la facultad de Turismo de la Universitat Ramon Llull, Ricard Santomà, y el periodista de Diario de Ibiza Joan Lluís Ferrer debatieron en un coloquio, moderado por el también periodista Xescu Prats, sobre el modelo turístico de Sant Antoni y su futuro. El auditorio del centro cultural Cervantes se quedó pequeño para acoger a las 140 personas que asistieron al acto, entre ellas el presidente del Consell, Vicent Torres, el director insular del Estado, Ramon Roca, y el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas.

Tur apuntó que los problemas turísticos de Sant Antoni «no son culpa sólo del West» y aseguró entender «la resistencia a los cambios», a la reducción de los horarios en esta zona para tratar de reducir la contaminación acústica y los problemas de convivencia con los 503 residentes censados.

Sant Antoni se torció

Sant Antoni se torcióEl alcalde recordó que en los años 60 Sant Antoni era «la capital turística de la isla», aunque, con el tiempo, se torció. «Había más permisividad en Sant Antoni», apuntó Tur para explicar la eclosión del turismo en su municipio. Aunque esa permisividad ha llevado a «un extremo no tan permisible» y que ha provocado una fuga de residentes. «Hay que recuperar la convivencia», dijo. Al ser preguntado por el moderador sobre qué modelo turístico querría para Sant Antoni en 2030, en sólo 12 años, el alcalde no lo dudó: «Turismo familiar».

Santomà advirtió de que cualquier cambio «da miedo», pese a que a veces son «imprescindibles». Según su criterio, Sant Antoni debería apostar por una transformación paulatina, «más allá de varias legislaturas, al margen de los cambios políticos» y con «el apoyo de todos los actores sociales».

Sobre los partidos, Antoni Ramon provocó el aplauso del público cuando afirmó que se debería «meter en un cuarto a todos los políticos y decirles: 'De aquí no se sale hasta que alcancéis un acuerdo para las próximas generaciones, no elecciones'».

Alcaldes desaparecidos

Alcaldes desaparecidos

El periodista Joan Lluís Ferrer también cargó contra el rumbo político de Sant Antoni durante las últimas cuatro décadas, en las que, dijo, es «como si no hubiera habido alcaldes». «No se han tomado decisiones, salvo cambios de farolas y obras de mantenimiento que no deberían ser noticia», resaltó.

Ferrer recordó una entrevista de hace unos años al exalcalde Vicent Marí Prats en la que dijo que Sant Antoni tenía «un pronóstico reservado, estable dentro de la gravedad». «Turísticamente, Sant Antoni está enfermo y hay que curarlo», agregó el periodista, que lamentó que este municipio ostente el segundo lugar en «el triste pódium» de Balears del «turismo de borrachera», por detrás de Magaluf. También echó en falta que el Govern balear no apueste por un plan de inversión en Sant Antoni, como ha hecho con la bahía de Palma. El alcalde respondió que, antes de pedir, se tienen que poner proyectos sobre la mesa y que la idea es dedicar 2019 a preparar propuestas.

El debate suscitó diversas intervenciones del público a favor y en contra de los argumentos esgrimidos. «¿Qué mal ha hecho el West?», cuestionó un hombre que recordó que en los años 50 en la isla «se pasaba hambre».

Otras personas, entre ellas el vicepresidente de la Federación Hotelera en las Pitiusas, Juanjo Riera, coincidieron en reivindicar la necesidad de que se haga cumplir la normativa. Riera dijo que la isla griega de Miconos «no tiene una bahía tan bonita» como la de Sant Antoni, pero su casco urbano «está más limpio que una patena». Otros intervinientes reconocieron los errores cometidos, pero destacaron que se debería apostar por «la diversificación sin olvidar lo que tiene Sant Antoni».

El alcalde reconoció que existe «un problema de incumplimiento de las ordenanzas», pero lo atribuyó a «una minoría», al tiempo que señaló que no hay suficientes agentes de la Policía Local para llegar a todo. Se refirió como ejemplo al problema de las bodegas, a las que, pese a que una ley autonómica permite que estén abiertas las 24 horas (se ha solicitado que se cambie), el Consistorio prohíbe vender alcohol a partir de la medianoche. «No se puede tener a un policía controlando cada bodega. Ya me gustaría», dijo.