Suma y sigue, en octubre desaparecieron otros 55 comercios en la isla de Ibiza en relación a los que había hace un año. La destrucción interanual de centros de trabajo en ese sector ha sido del 4%. Y según se infiere de los datos que acaba de publicar el Instituto Balear de Estadística (Ibestat), no es un suceso coyuntural, sino que ya se ha convertido en una tendencia: en la actualidad, la isla cuenta con 147 comercios menos que en 2015. Son un 10% en tres años. Ahora hay menos tiendas que en 2009 (cuando en octubre había activas 1.389).

Vila encabeza la pérdida de comercios. En octubre había abiertos 622, la menor cifra de la última década. Desde 2015, cuando se tocó techo con 729 tiendas, se han volatilizado 107, un 14,7% de las que existían. En Sant Antoni, donde se acaba de asistir a la desaparición de Casa Alfonso, hay 180: en tres años ya hay allí 15 menos. En Sant Josep, con 159, se ha destruido un 10,6% su tejido comercial desde 2015. En Santa Eulària aguantan el tirón: hay 325, cinco menos que en 2017 y tres menos que en 2015.

Y eso ha tenido consecuencias. Ahora hay menos empleos en ese sector, mientras que en el resto aumentan significativamente: 44 puestos de trabajo menos en Ibiza, 15 en Sant Antoni, incluso 31 menos en Santa Eulària.

Reajuste del sector

José Antonio Roselló, vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), considera que esos datos están en «sintonía con lo que pasa en general en el comercio». Según este economista, «hay que distinguir entre estructura y coyuntura. Y en este caso, lo que sucede es un problema de estructura, de microeconomía». La reducción del número de tiendas en Ibiza «no se debe a que la situación económica vaya mal, sino a que este sector en concreto, dentro de una economía en crecimiento, se está reajustando en los últimos años».

«Estamos -afirma- ante un cambio de época, no de ciclo. Se da en toda España y en Europa. El pequeño comercio se está reajustando, es algo que va con el signo de los tiempos. Las cosas ya no son como antes». Nada es como antes, y menos en Ibiza, debido «al impacto de las grandes y medianas superficies, que es inevitable, no tiene vuelta atrás, así como al de la economía digital, el fenómeno de las compras por Internet». Por eso, «los pequeños comercios tienen necesidad de cambiar y especializarse», advierte el vicepresidente de la CAEB.

En las Pitiusas «se puede intentar paliar esos efectos a través de iniciativas como reformas urbanas que mejoren el aparcamiento en las urbes y que, por tanto, permitan al consumidor desplazarse hasta las zonas comerciales», propone. Roselló cree que «todo el mundo tiene que hacer un esfuerzo porque las cosas están cambiando. Es un fenómeno al que seguiremos asistiendo durante un tiempo», vaticina.

No sucede lo mismo con otros sectores. Mientras las empresas dedicadas al comercio se esfuman, las de construcción crecen sin parar: en octubre había 978, un 4,4% más que hace un año. Desde 2015 hay 159 más, lo que representa un incremento de casi el 20%. Las de transporte y almacenamiento, que en 2017 sumaban dos años de caídas, han remontado casi un 12% en los últimos 12 meses. Y hay más centradas en las actividades inmobiliarias que nunca: 274. Ya nada es igual.