El Ayuntamiento de Sant Antoni no sólo mantendrá el próximo verano las limitaciones horarias de los establecimientos de ocio del West End, sino que las ampliará a la calle de la Mar, que también se declarará Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE). También se llevará a cabo un plan especial de inspecciones para sancionar (incluso precintar equipos musicales o locales, según el caso) a aquellos cafés conciertos o salas de fiesta que no hayan llevado a cabo las reformas para insonorizar sus locales. Los establecimientos de ocio incluidos en el ámbito de la ZPAE tenían la obligación, en un plazo de seis meses desde su aprobación, para adoptar medidas para reducir el nivel de ruido que emiten (instalación de dobles puertas o ventanas, por ejemplo).

El alcalde de Sant Antoni, Josep Tur, ha anunciado esta mañana, junto a los tres tenientes de alcalde del Consistorio (Pablo Valdés, de Reinicia, Cristina Ribas, del PI, y Aída Alcaraz, del PSOE) las medidas previstas en el ámbito del ZPAE de cara a la próxima temporada tras recibir los resultados de las pruebas sonométricas practicadas el pasado verano en diversas calles del West, incluida la calle de la Mar.

Tur ha destacado que los resultados son mejores que los del verano anterior, el de 2017, que se partía con picos de hasta 30 decibelios por encima de lo que permite la normativa (55dB). «Ha habido una mejora notable, lo que demuestra que las medidas adoptadas han dado resultado», ha recalcado el alcalde, quien acto seguido ha agregado que, en todo caso, no se ha alcanzado el resultado «deseable», por lo que hay que prolongar las restricciones horarias que tantas quejas han provocado entre los empresarios del West. «No estamos suficientemente satisfechos», ha dicho.

El objetivo de calidad acústica por la noche en el West End se sitúa en 55 dB, el que marca la normativa, pero el límite en el ámbito de la ZPAE se sitúa en 65 dB. Hay que tener en cuenta que en ninguna de las seis calles evaluadas (Santa Agnès, Bartomeu Vicent Ramon, Cristòfol Colom, Vara de Rey, General Prim y de la Mar) se ha alcanzado el objetivo de calidad acústica, pero, a diferencia del resultado de la campaña de 2017, en la mayoría de los puntos de medición se ha pasado de una situación «muy mala a mala», según el concejal de Medio Ambiente, Pablo Valdés.

La calle Santa Agnès es la que sufre una mayor contaminación acústica superando (todos los días de las tres semanas de medición, entre el 16 de julio y el 28 de agosto) una media diaria de 70 dB, cuando en el resto de las calles, salvo la de la Mar, se ha bajado de los 65 decibelios en la mayoría de los días. En el caso de la calle de la Mar, que tiene tráfico, también la situación es muy mala en la mayoría de los días analizados (por encima de los 65dB de media), pero por debajo de los resultados de la calle de Santa Agnès.

Valdés también ha resaltado que las sonometrías indican que los puntos de ruido se detectaron durante el desarrollo de la actividad, pero no en el momento del cierre, lo cual, ha remarcado, desmonta el argumento de los empresarios de que los turistas generan problemas de ruido en el momento en que se ven forzados a abandonar todos a la vez los locales de ocio.

La decisión de centrar el año que viene el esfuerzo en la campaña especial de inspecciones se debe, según ha explicado Cristina Ribas, a que «muchos empresarios han explicado al Ayuntamiento que han cumplido con todas las medidas acordadas, pero que otros no lo han hecho».

Valdés también asegura que, inicialmente, se había previsto, con las medidas previstas en el ámbito de la ZPAE, reducir al 50% la población afectada (hay 503 personas empadronadas en esta zona) por un nivel de contaminación de ruido de más de 55dB, «pero no ha sido así». Por ello, tras comprobar el grado de cumplimiento de las medidas de insonorización de locales, se evaluará la posibilidad de adoptar «medidas más restrictivas». De todos modos, Valdés insistió en que una reducción de cinco o seis decibelios de media diaria supone «una mejora bastante importante».

Denuncias por puertas abiertas

Por otra parte, la concejala de Gobernación, Aída Alcaraz, ha explicado que la campaña de la Policía Local para «perseguir» las puertas abiertas de establecimientos ha dado resultados, ya que, si en 2017 se tramitaron 83 denuncias el pasado verano la cifra se redujo a «una veintena, 13 de ellas en el West End y siete en otras zonas del municipio». «Ha habido un cambio de actitud por parte de los empresarios», ha dicho Alcaraz, al tiempo que ha remarcado que ha habido, sin concretar, «muy pocas denuncias» por el incumplimiento de horarios.

Asimismo, Alcaraz ha remarcado que los juzgados han denegado las medidas cautelares (suspensión de la aplicación de las restricciones) solicitadas por los demandantes en los tres contenciosos administrativos en contra de la ZPAE al entender que «el interés general prevalece sobre los económicos de los empresarios».