En todas las ferias se habla de desestacionalizar y de alargar la temporada. ¿Se está consiguiendo?

El crecimiento de temporada es positivo y está funcionando dignamente. Ha habido una serie de eventos, como la presentación de Mercedes, que han hecho que desde enero estuvieran animadas unas zonas y unas empresas. El tema de eventos ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos dos años. Se suelen concentrar a principo y final de temporada y eso es positivo. Desde Fomento, con el Convention Bureau, se ha trabajado mucho con las empresas que tienen instalaciones para estas actividades y hemos mejorado mucho el posicionamiento en este tipo de turismo.

Le veo a punto de decir un «pero».

Pues que nos hacen falta más comunicaciones a principio y a final de temporada. Y en invierno. Sobre todo con Alemania y Centroeuropa. Tenemos anuncios de rutas nuevas, pero por otro lado Ryanair está dejando algunas otras rutas. Hay que analizar el conjunto.

Dicen que aumentan las conexiones este invierno.

Eso dicen, pero el invierno es complicado y necesitamos más capacidad. También debemos comunicar mejor y todo lo que tenemos abierto, tanto hoteles como oferta complementaria. Ibiza es una isla de 150.000 habitantes que vivimos en ella en invierno y la gente que viene, la disfruta. Pero no transmitimos correctamente lo bien que se lo pueden pasar. Además, el ocio nocturno, con las fiestas de closings y openings dan la imagen de que somos un resort caribeño que cierra en invierno porque viene un huracán. Estamos abiertos, pero la gente cree que en invierno no hay nada que hacer. Tenemos una isla muy similar a Mallorca y podríamos funcionar mucho mejor todo el año. Lo estamos deseando y no lo conseguimos.

También hay que llegar hasta Ibiza. No siempre es fácil.

Exacto. Se trata de poder llegar y sin escalas porque muchos turistas, sobre todo familias, si tienen que hacer escalas o perder un día para ir y otro para volver, se quedan en Mallorca, Canarias o Barcelona.

Los hoteleros han lanzado una campaña muy agresiva contra la ecotasa. ¿La apoya?

Es una reivindicación histórica del sector. Nos estamos acostumbrando a convivir con ella. Está ahí, con los efectos negativos y positivos que pueda tener en los visitantes, en el sector y en las mejoras y proyectos que se hacen.

¿La apoyarían con otra fórmula?

No tengo el conocimiento suficiente para opinar, pero lo que se pide es que no la cobren los hoteles, que fuera algo general, que no perjudique al sector hotelero. Ahora se ha duplicado. Eso ha sido un error. Hace tiempo, en una reunión con la consellera de Hacienda para presentarnos los presupuestos nos preguntó. Le dijimos que en los pequeños hoteles estaba sobredimensionada y que se había hecho pensando en Mallorca y en una gran ocupación todo el año. En los establecimientos pequeños es una carga, una parte muy importante de la ecotasa la acabamos pagando nosotros. No creo que nos hagan caso. Siempre nos preguntan si tenemos algo que pedir o decir. ¿Para qué? ¿Nos dirán que sí? Lo dijimos y no ha progresado. En un establecimiento pequeño, la ecotasa es una pequeña pelea con cada cliente a la entrada.

¿Cree que afectará el Brexit?

Ibiza tiene una imagen y una historia muy poderosa en el mercado británico. Puede afectar, pero todo el mundo está ignorándolo y pensando que seguiremos igual o mejor. Lo sabremos a temporada pasada. Tenemos ilusión por recuperar a corto plazo el mercado británico. Ibiza les gusta mucho y ser un destino con nuestra calidad y servicio nos da mucha competitividad. Aunque tengamos otras carencias.

El lunes comentaban que la debilidad de la libra respecto al euro era la causa de esa pérdida de turistas.

Está claro. Mercados competidores en el Mediterráneo y con precios más baratos han existido siempre. La mayor parte de turoperadores ingleses y alemanes han hecho un gran esfuerzo para desviar turismo hacia Grecia, Turquía y lugares que tienen precios mucho mejores y donde los gobiernos pueden subvencionar el transporte aéreo. Nosotros estamos limitados.

Este verano teníamos los hoteles más caros del Mediterráneo. ¿Eso no afecta?

Todo puede afectar, pero otros lugares estaban más caros que Ibiza. La gente ha ido se ha aburrido y volverán escopeteados a Ibiza. Si un turista va a un hotel y le gusta, aunque el precio sea caro, si queda contento, volverá. Y me atrevería a decir que hay gente que va a sitios más caros porque les da prestigio. Si puede pagarlo.

O sea, que la moda del postureo nos beneficia.

Bueno, la marca Ibiza es muy potente. Cuando vas a comprar unos zapatos o lo que sea, o compras por precio, a la baja, y entonces te da igual eso o, a veces, identificas una marca o lo más caro con más calidad. Aunque no lo sea. Al final eso es un componente psicológico que a la gente le afecta y te condiciona a la hora escoger el sitio de las vacaciones. Si vas sobrado no es un problema, pero si no llegas, buscas otro sitio.

¿Hemos tocado techo con la oferta del lujo?

Hace diez años montamos el grupo Ibiza luxury destination porque estábamos buscando un turista de nivel alto, el turista bueno. Y bueno no quiere decir que tenga mucha riqueza económica o pague muy caro, sino que disfrute de la isla, de nuestra cultura y gastronomía. Buscábamos algo que no teníamos. Entre reformas, inversión hotelera y posicionamiento, la oferta de lujo ha tenido un desarrollo muy grande que va a más. Pensemos en los hoteles que en dos o tres años entrarán en el mercado de nivel alto: Seven Pines, Six Senses, W, Palladium en Cala Nova... Hace poco teníamos un par. Ese crecimiento nos pone más en el mercado y hará que venga más gente. ¿Que más pronto o más tarde no habrá suficientes turistas para pagar estos precios? Probablemente. El mercado reorganizará los precios y el turista que ahora va un tres estrellas irá a un cuatro. Y el de cuatro, a un cinco.