La consecución de la Ley de Capitalidad, que pronto iniciará su trámite en el Parlament, se contempla desde Vila como un pozo de los deseos, como una fuente de financiación alternativa, un chollo. El Consistorio pide cinco millones para compensar los gastos que genera la capitalidad, de los que el 70% los aportaría el Govern y el 30% el Consell. Eso si es que llega todo el dinero y si el Consistorio puede hacer libre uso de las cantidades que se le abonen. Si se toma a Palma como ejemplo, que disfruta de la capitalidad desde 2006, esa gestión no va a ser sencilla. De hecho, puede ser muy frustrante.

Salvo de 2007 a 2010, cuando la capital balear recibió e hizo uso a su antojo de los 30 millones anuales que le correspondían, desde 2011 ha tenido muchas dificultades para percibir el capital que le debe compensar. De los 240 millones que desde entonces tendría que haber ingresado en sus arcas para inversiones, el Govern ha asignado como «compensaciones» 115,7 millones, de los que 85,7 corresponden al Palacio de Congresos, según los datos facilitados por Adrián García, socialista y edil de Economía y Hacienda de Palma.

«Al principio de esta legislatura -cuenta García-, el Govern llevaba cuatro años sin presupuestar ni un euro de Capitalidad. Y hasta entonces, el Consell de Mallorca no había entrado en esto, pero se comprometió a entrar y empezó a aportar una parte». Desde 2015, el Govern, junto al Consell de Mallorca, ha incrementado sus aportaciones de libre designación, aunque sigue echando mano de las compensaciones para cuadrar las cuentas: «El resto del dinero [lo que no es libre designación] son proyectos que el Govern va a realizar en Palma, aunque no los decidamos nosotros, pero los contabilizan como Capitalidad, o directamente compensaciones, como restos que quedan del Palacio de Congresos».

55 de los 240 millones

Entre los años 2011 y 2015, el Govern sólo dio a Palma 10 millones de libre designación; de 2015 hasta la actualidad, la cuenta ya asciende a casi 45 millones (procedentes del Ejecutivo balear pero también del Consell de Mallorca) para invertir a su antojo. En total, la capital balear ha percibido 55 millones de libre designación en ocho años, cuando le correspondían 240: «Ahora, Palma elige libremente los proyectos que hace, pero no se llega al nivel de la libre disposición que marca la legislación», admite el concejal de Hacienda.

«La diferencia principal del actual Govern [del PSOE] con el de la pasada legislatura [del PP] es que el anterior no daba ni un euro. Todo llegaba como compensaciones, de algún convenio o del fondo de compensación local, que se reparte entre todos los municipios. Pero ni un euro para libre disposición. Ya en esta legislatura empezaron dando algunos millones para libre disposición que se han ido incrementando. Siempre hemos pedido que vaya aumentando la libre disposición», comenta García.

Ocho millones por Son Moix

Desde 2011, esa política de compensación de inversiones ha restado mucho dinero a la Capitalidad de Palma. Por ejemplo, cada año se compensa un millón de euros (y ya van ocho millones) por Son Moix, «un pago plurianual que se destina a la reforma del principal polideportivo de Palma, que lo destrozó un tornado en 2007», recuerda el edil.

El Govern también descuenta de la Capitalidad una partida que tiene el nombre de «factura del Parque de Bomberos». Es, según el edil de Hacienda de Palma, «un pago que se hace al Govern por un renting de un edificio de bomberos». Comenzó en 2012 y ya van por 9,9 millones de euros.

Reformulación de la ley

Otra cantidad que se descuenta es la del «convenio de instalaciones deportivas», otro pago plurianual que desde 2011 suma un total de 9,4 millones.

«Creo -señala García- que habría que hacer una reformulación de la Ley de Capitalidad en algún momento, de modo que Palma pueda seguir ejerciendo como capital y prestar ese servicio a todos los ciudadanos de las islas, sin que esto tenga que suponer un perjuicio o beneficio, y sin estar encorsetados por unas inversiones establecidas».