La economía balear se encuentra en una clara fase de recuperación pero llena de «claroscuros», como lo demuestra el estar mostrando un crecimiento de su producto interior bruto superior a la media estatal y una intensa mejoría de la rentabilidad hotelera, pero al mismo tiempo ser la comunidad en la que menos crece la renta per cápita, según ha destacado el presidente del Consell Econòmic i Social (CES) de las islas, Carles Manera, durante la presentación hace unos días de la memoria que este organismo elabora.

El crecimiento medio de la riqueza por persona fue en las islas durante 2017 de solo un 1,2%, el más débil del país, frente al 2,8% de la media española, y lejos de los puestos de cabeza ocupados por Asturias (4,2%) y Aragón (3,7%).

La explicación de que la economía balear haya crecido un 3,8% en 2017 (según el Govern), y en cambio la riqueza que llega a cada isleño solo lo haya hecho un 1,2% se debe a un modelo que hace un uso intensivo de la mano de obra y que atrae a un importante número de migrantes. Eso conlleva un fuerte aumento de la población, o lo que es lo mismo, aunque el pastel sea más grande, también son muchas más las personas a comer de él.

Entre los elementos destacados en la memoria del CES cabe citar que Balears es la comunidad que ha logrado una mayor desestacionalización del turismo y ha registrado un intenso crecimiento de la rentabilidad hotelera, de la mano de una modernización de sus instalaciones que ha permitido aplicar una fuerte subida de precios.

Pero ese crecimiento económico se está viendo acompañado también de un apreciable aumento de las emisiones contaminantes, de ahí que Manera haya planteado la necesidad de modificar las pautas tecnológicas.

Otro dato destacado es la pérdida que las islas han registrado en su número de empresas con actividades innovadoras, dado que han pasado de las 523 de 2010 a las 181 registradas en 2016.

En cuanto al mercado laboral, se pone de relieve tanto el fuerte crecimiento en el número de personas con empleo como la reducción del paro, aunque en algunos sectores haya venido acompañado de más precariedad. En cualquier caso, desde el CES se destaca que la calidad del empleo balear es superior a la de la media del país.

La memoria contempla una reducción de la tasa de desigualdad existente en las islas, aunque se reconoce que este punto es mejorable. También se destaca la mejoría en la financiación de la sanidad balear y el crecimiento de los niveles de satisfacción de sus usuarios.

Manera ha advertido, como profesor de Economía y al margen de su condición de presidente del CES, de riesgos externos que pueden frenar el impulso económico, como la inestabilidad que genera la economía italiana o las políticas proteccionistas, la previsible subida de tipos de interés, o el encarecimiento del petróleo. Sin embargo, ha señalado que, en el caso de una futura crisis, todo apunta a que el aterrizaje sería mucho más suave que el que se dio en 2008 y 2009.