El tratamiento prevé el lanzamiento desde una avioneta de entre dos y cuatro litros de producto biológico por hectárea, lo que viene a ser, según la jefa de servicio de Sanidad Forestal del Govern, Sandra Closa, «dos botellas de litro y medio sobre la superficie de un campo de fútbol». Cada partícula tiene una dimensión de entre 150 y 200 micras, por lo que el único efecto visible, por ejemplo, sería el de «unas microgotas sobre la pantalla de un móvil». Como el avión trazará pasadas paralelas, en el momento de dar el giro se pueden atravesar zonas habitadas, pero no se lanzará el producto, según Closa, que destaca que una empresa externa se encarga de auditar a pie de campo el proceso. El avión registra toda la información, que luego se analizará.