«En África los misioneros no somos los buenos de la película. Allí vamos a aprender y a compartir, no a dar lecciones a nadie». Así de tajante se mostró, a través de una conversación telefónica, el sacerdote, antropólogo y arqueólogo catalán Antoni Calvera, tras compartir con estudiantes de Can Bonet algunas de sus vivencias durante los 17 años que pasó en Etiopía y en Sudáfrica. Eso sí, el religioso añadió a continuación que Jesús da sentido a su vida, pero «no tiene la cara que muestran los cuadros del Renacimiento ni la de la estatua de la iglesia del pueblo»: «Es la cara de cualquier persona que sufre y con necesidades. Como cristiano, no se puede ignorar la realidad».

Aunque desde hace diez años reside en España, el misionero comboniano defiende con firmeza las diferentes realidades de este «desconocido» continente, pese a que forman parte de él 54 países y 1.200 millones de habitantes. Las escasas noticias sobre África en los medios de comunicación y la información que aparece en los libros no ayudan a conocerlo mejor. La mayoría de veces que acude a algún colegio o instituto para ofrecer una charla y revisa los libros de texto del alumnado se encuentra con errores en los mapas. «Hoy mismo tenía un libro en las manos donde había un mapa de África con, al menos, tres países mal situados y ¡con el Kilimanjaro al lado del mar! La enseñanza es una espina que tengo clavada porque se habla poco y mal de este continente», criticó Calvera.

El misionero viajó por primera vez a África en 1982 por una misión en Etiopía. «Las primeras sensaciones no se olvidan nunca. Recuerdo que si hubiera habido un avión al lado del que volé me hubiera marchado», confesó el religioso, que insistió en que durante los cinco años que pasó en este país situado en el Cuerno de África su objetivo no era «convencer ni convertir a nadie». «Yo les decía que Jesús para mí era importante, pero no lo decía en plan heroico, sino por convencimiento. Allí se trataba de conocer la cultura, aprender la lengua...», explicó el sacerdote.

De esta etapa en Etiopía recuerda con «vergüenza» cómo los países de Occidente retransmitieron la hambruna como si se tratase de un reality show. «En Europa convertimos la pobreza en un espectáculo sin preguntarnos el porqué de la situación y sin darnos cuenta de que como sociedad podríamos hacer algo», señaló Calvera.

De la actualidad criticó la venta de armas de España a países africanos y cómo se trata a los emigrantes de este continente. «Ellos allí nos dan lo mejor que tienen y nosotros los recibimos a tiros y los devolvemos en caliente», se quejó el religioso.

De la pobreza al ´apartheid´

Su segunda etapa como misionero fue en Sudáfrica, donde vivió 12 años. «Llegué en 1992, año en el que Nelson Mandela acababa de salir de prisión. Allí tuve que cambiar el chip porque la principal pobreza no era la falta de alimentos como en Etiopía, sino un sistema que no respondía a la dignidad ni al respeto humano por el color de piel», recordó el religioso, en referencia al apartheid. Dos años después, en 1994, se celebraron las primeras elecciones libres en las que Mandela fue escogido presidente. «Yo residía en una zona de negros y mi hermano, que era observador de la ONU, y yo fuimos los únicos blancos que votamos allí. Una persona de la mesa me miró y me dio las gracias», contó Calvera.

En cuanto a la reacción de los estudiantes tras escuchar sus peripecias en África, el misionero contó que a la mayoría le sorprende escuchar a alguien que ha vivido en primera persona esa realidad: «Intento no mostrarles una imagen tremendista y desmontar tópicos, ya que África no es sólo un foco de desgracias como muestran los medios ni se limita al top manta».