Que en este diario se publicara ayer una crónica en la que se dijera que el congreso parecía una convención de neoliberales, escoció a algunos de los participantes. Joan Franch, profesor de Derecho Mercantil de la UIB, ponente el jueves y uno de sus organizadores, sacó el tema cuando se encontraba entre el público: «Me congratulo de que hayamos auspiciado un foro de neoliberales». Franch estaba molesto porque se les pusiera la etiqueta «de malos», cuando, a su juicio, propician «un mercado más eficiente para los consumidores» con el fin de «protegernos como sociedad». Su máxima, desregular a tope.

Mateo Silos, ex de la CNMC, dijo sentirse también de esa corriente y recordó que «la competencia mejora el bienestar», aunque lamentó que «la gente asocie mercado con cosas malas». Cree que la Administración debe abstenerse de poner «trabas al mercado» si con sus medidas no lo va a mejorar. Miquel Quetglas, major de la Policía Local de Palma, ponente el jueves en la mesa sobre ´Cuestiones de seguridad, estafa y mala praxis´, recordó desde el público a Silos que, en efecto, y según la definición, lo de neoliberal le encaja perfectamente.

Sergi Marí, el gerente de Turismo, Comercio y Mercados de Barcelona, bromeó al respecto: «Ojo que yo no soy liberal. Que mi jefa, Ada Colau [alcaldesa de Barcelona], puede preguntarme dónde me he metido».