La madre de una niña de 12 años que este año ha entrado en el Instituto de Sa Blanca Dona advierte de que su hija «no puede ir al Instituto caminando sola a las 7.30 horas, cuando aún es de noche». Considera «injusto» que otros compañeros sí pueden subir al bus en la misma parada, aunque la diferencia radica en que los estudiantes con derecho a este servicio residen en un radio superior a tres kilómetros. Así, se da la paradoja de que por una diferencia de unas decenas de metros, un niño sí puede ir a clase con el bus escolar y otro no. La niña de 12 años y sus dos hermanos mayores siempre habían ido al colegio y al Instituto en bus sin problemas. La madre no tiene carnet de conducir y el horario laboral del padre, que varía en función del trabajo, le impide llevar cada día a la niña al Instituto.